La creación de futuros distópicos data de varios siglos atrás. El hombre siempre ha experimentado una fascinación casi que alucinante, por la creación de escenarios catastróficos a través de los cuales la imaginación recrea la destrucción de la especie humana, de guerras nucleares, invasión de extraterrestres, catástrofes naturales y virus mortíferos que desparecen la vida humana del planeta; todo ello recreado en un mundo de irrealidades distantes; pero hoy cercanas.
El Tratado de Versalles en 1919, no fue suficiente para finalizar la Primera Guerra Mundial, a esta le sucedió pocos años más tarde la Segunda Guerra Mundial, que en teoría se terminó con el acuerdo de París en 1946 y desde entonces la paz tan solo ha sido una quimera, una ilusión justa de los pueblos; no obstante la historia ha transcurrido en la denominada la primera guerra fría, un mundo de tensiones interminables y de cabildeo diplomático entre las naciones, para contener lo imposible, lo que podríamos llamar las contiendas asimétricas.
Un buen ejemplo lo constituyen las llamadas potencias. Durante la segunda mitad del siglo XX ejercieron su poder dominante de manera asimétrica sobre naciones con escaso poder militar, basta con recordar la guerra del Vietnam, la de Corea, la de Libia, la denominada guerra del Golfo, la intervención en Afganistán y del lado ruso, las invasiones a Polonia, Finlandia, Letonia, Georgia, Crimea y la actual invasión de Ucrania en curso, son un buen ejemplo de ello.
Vale bien recordar un episodio acaecido en 1971, cuando el legendario exponente de la diplomacia Norteamericana Henry Kissinger le preguntó al primer ministro chino, cuál era su opinión sobre el legado y la importancia de la revolución francesa, a lo cual respondió: “Es demasiado pronto para saberlo”; la revolución había terminado en 1799. A lo mejor el ministro chino le quiso explicar desde una metáfora la diferencia de pensamiento entre el mundo occidental y las sociedades orientales. Pero el acontecer de los hechos son las continuas guerras asimétricas de las cuales somos testigos día tras día; invasiones, atentados, un diálogo trazado por la amenaza, un pulso de constante fuerza, cuya cuenta sin saldar son las vidas humanas de los inocentes; ya ningún lugar del planeta parece ser seguro, lo cierto es que continuamos en modo guerra, la que ha sido calificada como la segunda guerra fría, cuyos mayores exponentes son Rusia, China, India, los países de la OTAN y por supuesto los Estados Unidos.
Un conflicto de mayor complejidad está en pleno desarrollo y este no se reduce a lo bélico; el tablero de ajedrez es mucho más confuso. Es una guerra tecnológica, de colonialismo digital, mucho más mortífero en sus consecuencias sociales, que el colonialismo llevado a cabo en la época de la conquista, una guerra económica y comercial, de contrabando y drogas, de corrupción internacional, geopolítica de reclamo entre naciones, de diásporas humanas huyendo de las tiranías, de las hambrunas en busca de opciones de vida, sociedades líquidas permeadas por la indignación, de muertes virulentas como la actual peste del covid 19, de dirigentes anclados al pasado que poco entienden del futuro ya en desarrollo, de una crisis climática cierta que demanda hechos tozudos para reversar sus consecuencias; hechos que nos encuadran una realidad que para nada es futurista; pareciera que las distopías abandonaron el mundo de lo irreal, de lo que antes fuera imaginario; a esto se enfrenta la humanidad entera.
En la actualidad, las guerras parecen abandonar el campo de la asimetría; estas se han tornado simétricas, cuando las potencias y los países están en igualdad de condiciones, exponen su poderío militar para disuadir su contraparte, mientras tanto los botones nucleares nos recrean distopías cercanas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015