Tuve la oportunidad de estar en un debate de cinco precandidatos a la Presidencia que realizamos en Javeriana Cali el jueves pasado. Estaban de todas las corrientes: izquierda, una representante del Pacto Histórico, Francia Márquez; de centro izquierda, Alejandro Gaviria; de centro: Juan Manuel Galán; de centro derecha Federico Gutiérrez y de derecha: Oscar Iván Zuluaga. Tres conclusiones grandes: Hay que proteger ante todo la democracia del populismo. Las políticas de crecimiento deben estar centradas en las empresas, pero es vital que estén acompañadas necesaria e indisolublemente con una mejor distribución del ingreso en el país y con un especial enfoque hacia los más marginados. La gran palanca para el desarrollo está en la educación iniciando desde los primeros años de vida con los jardines infantiles y terminando en la formación de calidad, pertinencia y universalidad para el trabajo.
Hay unas coincidencias interesantes, especialmente entre los últimos cuatro. La importancia de la libre empresa como instrumento para generar empleo y bienestar, por ello hablan de la necesidad de facilitar la creación de empresas y especialmente pequeñas y medianas compañías. También le dieron un papel bien central al gasto estatal a través de las obras públicas como catalizador del bienestar común. Sin embargo, hubo un punto de discusión, que será, sin lugar a dudas, uno de los temas en la agenda del próximo presidente de la República: los impuestos. El control a la evasión, el desmonte de las exenciones tributarias para muchos sectores de la economía, la progresividad de los impuestos especialmente referida a los dividendos y a la riqueza, y la lucha contra el contrabando.
Al final del encuentro, una de las preguntas indagó sobre lo positivo y negativo del actual gobierno. En lo positivo: el plan de vacunación por su impacto y cobertura, lo mismo que el rebote de la economía de este año como una rápida recuperación del aparato productivo y el trato con los migrantes venezolanos. A su vez, las críticas fueron realmente demoledoras: consideran que el gobierno ha sido incapaz, corrupto, politiquero, etc. Sobre el manejo del paro señalaron, por ejemplo, que pudo ser mejor enfrentado. Unos pedían medidas de fuerza más contundentes contra los violentos, otros, por el contrario, señalaban una falta de reconocimiento de los excesos de la policía al inicio del movimiento, que si se hubiera realizado seguramente habría aplacado mucho la protesta.
Federico Gutiérrez fue uno de los pocos que con claridad y generosidad planteó la posibilidad de aceptar ser vicepresidente en alguna fórmula al señalar que lo más urgente es la defensa de la democracia. Defensor de la libre empresa y las libertades individuales de forma reiterada. Juan Manuel Galán dio ideas muy concretas en distintos frentes, como la de generar un esquema público de giros que pudiera generar además un fondo para emprendimiento, o la administración de la alimentación infantil por parte de la comunidad educativa en los colegios públicos. Oscar Iván Zuluaga reiteró su idea de generación rápida de empleo para obras en las comunidades y la importancia de bajar los impuestos, pero eliminando todas las exenciones. Alejandro Gaviria tuvo siempre un discurso muy fino, con claridades como la de impulsar el crecimiento, pero con equidad, también fue muy incisivo en la necesidad de las grandes reformas para organizar las finanzas públicas. La presencia de Francia Márquez, resultó contrastante por una posición fuerte de rechazo al modelo económico por excluyente, expresando una carga ideológica y crítica contra el neoliberalismo. También recordó las múltiples expresiones de violencia frente a los líderes, maestros y comunidades, como consecuencia de la no implementación del proceso de paz.
Estos ejercicios democráticos, plurales y bien organizados con metodología clara y preguntas muy interesantes, sirven para que los ciudadanos podamos ejercer el derecho al voto de manera mucho más consciente e informada.