Luis F. Gómez

Los problemas de nutrición en Colombia son de dos grandes tipos. Por una parte, las personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, que sencillamente no tienen qué comer y que corresponde a un poco menos del 20% de la población, mientras que en cabeceras municipales fue del 12,1% (año 2017) y que es un escándalo para una sociedad que proteja la dignidad humana. Y por otra, los que pudiendo nutrirse, lo hacen mal, y ahí sí está casi el resto de la población, con casos extremos como el 20% de los colombianos que son obesos, y peor si medimos el sobrepeso y la obesidad de adultos (18 a 64 años) que marca el 56%, más de la mitad de los colombianos y colombianas tenemos sobrepeso! Y esto debe ser una alarma para el sistema educativo.
Este país tiene llenos los currículos de primaria y bachillerato de muchas cosas, no pocas ellas poco útiles, y no tiene temas claves para la cultura nacional. Por ejemplo, el bien nutrirse debe ser un tema obligado, cómo comportarse ante las señalas de tránsito, cómo resolver los conflictos… en fin muchos temas del diario vivir en los que tenemos un gran déficit en nuestra población. ¿Cuándo será que vamos a educar para la vida? ¿Cuándo el Ministerio de Educación sintonizará el aparato educativo con las necesidades existenciales de la población? El afán academicista, que es importante, nadie lo niega, ha dejado relegado lo importante al sótano de la educación.
Y siguiendo el asunto de la nutrición, es alarmante que muchas personas mayores, muchas de ellas muy bien educadas, profesionales y todo, manejan el cuerpo de manera irresponsable. Los casos de dietas salvajes que aseguran la pérdida de peso de forma rápida y que implican golpes muy fuertes al metabolismo, tales como la famosa dieta de grasas y proteínas que envuelven serios riesgos para la salud. Igualmente, el déficit de ejercicio está haciendo estragos. Como en los procesos educativos no logran permear los hábitos de los estudiantes para que interioricen la importancia de ejercitarse de manera regular. El Ejercicio es una de las formas más naturales para controlar el sobrepeso y reforzar las condiciones de salud. Un Interesante estudio de la Universidad de los Andes hizo un análisis sobre niveles de actividad física encontró que: “La prevalencia del cumplimiento de las recomendaciones de actividad física en todos los dominios fue menor entre las mujeres. Los adultos de menor nivel socioeconómico tuvieron la menor prevalencia en “tiempo libre” y la mayor en “uso de la bicicleta como medio de transporte”. Los factores asociados con el cumplimiento de las recomendaciones difirieron según el sexo y el dominio de actividad física. Las variables individuales y del hogar explicaron 13,6% de las desigualdades por sexo y 23,2% de las desigualdades por nivel socioeconómico. En un período de cinco años la prevalencia de “actividad física en el tiempo libre” disminuyó y aumentó en “caminar como medio de transporte”.
La encuesta nacional de situación nutricional del 2015 tiene información muy interesante, “aproximadamente la mitad de los adultos colombianos realiza 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos semanales de actividad vigorosa o fuerte, como lo recomienda la OMS. Cuatro de cada diez mujeres y seis de cada diez hombres atienden esta medida de prevención”. Todavía hay mucho que mejorar.
Estos asuntos que implican la salud y el bienestar de la población deberían ser temas para trabajar muy en serio en el sistema educativo. Esto sí impacta la vida de la gente.
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