Las universidades tienen una gran responsabilidad con las transformaciones del país. Por una parte, son quienes forman las nuevas generaciones de profesionales que estarán irrigando tanto las empresas, como las instituciones no gubernamentales, como las oficiales. Por otro lado, tienen la responsabilidad de generación de conocimiento que debe ser pertinente con las necesidades del país y de las regiones donde se encuentran insertadas. Y finalmente, deben velar porque sus capacidades académicas se coloquen al servicio del sector productivo y cultural, lo que podríamos llamar la transferencia de conocimiento a la realidad.
Con la globalización es fundamental que las universidades se sintonicen a su vez con el entorno mundial, entren en redes de conocimiento para poder estar articuladas con la generación de conocimiento, así como para poder formar ciudadanos globales. Y en este orden de ideas, es fundamental que la globalización no termine siendo uniformidad, sino verdadera sinfonía plural gracias a muchas diversidades creativas. Que la globalización sea más entendida como una mundialización que implique valorar muchas especificidades de cada uno de las regiones del planeta.
De otra parte, la pregunta de sentido siempre está presente. ¿Para qué? ¿Cuál es el objetivo de fondo? Pues bien, en una reunión mundial de universidades jesuitas, red compuesta por más de 200 universidades, una respuesta posible la dio la cabeza de los jesuitas en el mundo: La universidad debe ser una fuente de vida gracias a ser un proyecto transformador, para ello espera que sean dinamizadoras de reconciliación. Si hay posibilidad de reconciliación es porque aún hay vida, y lo que busca es hacer la vida plena. En pocas palabras, que haya vida y la haya en abundancia. Para un país como Colombia que está en proceso de transiciones es vital que tengamos un norte muy claro. Que desde las universidades se logre en cada región jalonar procesos para que haya mucha vida.
Finalmente, por las condiciones tan complejas de sostenibilidad en que se encuentra nuestro mundo es fundamental, que aseguremos entre todas las condiciones de posibilidad: un medio ambiente sostenible. Esta tarea es vital, pues si no logramos hacer del mundo sostenible, sencillamente estaremos siendo los enterradores de la vida. Así, de sencillo.
La financiación de la universidad es uno de los puntos más importantes. Por una parte, es apremiante aumentar la cobertura de la universidad pública especialmente en las regiones y elevar la calidad de las instituciones oficiales que todavía no evidencia alta calidad. Y por otra parte, reconociendo el aporte de las universidades privadas en el sector, se requiere fortalecer los canales de financiación. Estas dos necesidades el nuevo gobierno deberá analizarlas y responderlas. Solo así podremos asegurar que el sistema universitario pueda estar en condiciones para responder a los retos del país.
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