La nueva directora del Comité Intergremial, Ángela María Betancourth, llegó con las pilas puestas. La gran meta que tienen es colocar a la región en el radar de los inversionistas. Razones, argumentos para vender la región los hay y muy buenos. Los índices de competitividad, como el Doing Business siempre privilegia a Manizales y en el índice de competitividad de ciudades la capital caldense sigue en el top, de tercera solo después de Bogotá y Medellín;  la calidad de vida de la región ha sido reiteradamente mostrada en los indicadores de necesidades básicas satisfechas más allá de su paradisiaca geografía y medio ambiente; su posibilidad de cohesión social medida por ser de las ciudades con menores índices de informalidad; ser un clúster universitario de alta calidad e integración, que ofrece capital humano de alto desempeño, y puede acompañar procesos de innovación productiva con sus grupos de investigación; y la posibilidad de articulación público-privada, como fortaleza de contar con reglamentaciones pro-inversión y eficiencia en los trámites oficiales. Todas ellas colocan a la región como una plataforma muy atractiva para los inversionistas. Hay que salir a venderla. Y hay que terminarla de articular en lo logístico, que históricamente ha sido una de las debilidades de la región y la ciudad.
Pero la venta de las regiones no es muy fácil. Hay que profesionalizarla y gastarle tiempo y esfuerzos. Otras ciudades, como Barranquilla, Medellín y Cali han iniciado un trabajo muy importante y ya con buenos resultados. Bien valdría la pena que el Comité Intergremial pusiera los ojos a la caza de buenas prácticas ya probadas en el área. En efecto, un activo benchmarking podría resultar muy oportuno.
Uno de los ejemplos más fuertes que hemos visto en los últimos años es el realizado por un grupo grande de empresarios del Valle con Propacífico, que está logrando resultados muy importantes en el campo de los grandes macroproyectos para la región. Igualmente, Invest Pacífico, con 10 años de experiencia, y que cuenta con más de 15 proyectos exitosos ya generando empleo, riqueza y bienestar, puede ser una agencia que valdría la pena conocer para afinar las nuevas apuestas del Comité Intergremial.
La experiencia que está viviendo Medellín con el Centro de 4ª revolución en el campo de innovación es también otro de los focos a conocer, que con una profunda articulación con las universidades está convirtiendo a Medellín en una especie de Silicon Valley colombiano.
A su tiempo Barranquilla se ha apalancado en su posición geográfica y en una muy activa decisión de la administración pública de elevar el endeudamiento de la capital para realizar inversiones importantísimas en infraestructura que se han convertido en una verdadera catapulta de nuevas inversiones privadas. Esta es una estrategia fuerte, y que requiere una articulación público-privada importante y que puede jalonar cambios grandes en relativos cortos períodos de tiempo, cuando las cosas se hacen bien.  
Iniciativas coordinadas, gestionadas y financiadas desde el sector privado con el apoyo y articulación con el sector público, y en diálogo con la academia, son sencillamente ganadoras para las regiones.