Para rehacer y fortalecer los lazos sociales para generar dinámicas virtuosas de bienestar, se requiere una triada que se retroalimenta mutuamente, orden-confianza-fraternidad. Pero requiere inicialmente una de ellas: el orden.
Ante las situaciones complejas y exigentes que hemos vivido, algunas personas están cayendo en una especie de carrera por la prevalencia de sus prioridades, que ha traído como resultado una especie de “sálvese quien pueda” lesionando gravemente el orden social. En otros casos, por el contrario, ha aflorado la solidaridad, generosidad y gratuidad, estas dinámicas, unidas al orden, serán las que nos logren dinamizar para construir un mejor mañana.
El orden social es un concepto desarrollado desde las ciencias sociales que designa a la estructura social entendida como mantenimiento de la jerarquía, las normas y las instituciones. Así, el orden social es la plataforma de la cual se parte para cultivar y fortalecer la confianza, por medio de la cual, podemos organizarnos como un conglomerado social armónico que brinda las condiciones para el desarrollo humano, económico y cultural.
Para el sociólogo Niklas Luhmann, en sociedades donde la complejidad y la incertidumbre son la regla, la confianza es una necesidad de las relaciones sociales. En términos generales se puede decir que la confianza enfatiza en las expectativas positivas que tienen los sujetos sobre las intenciones y los comportamientos de otros sujetos, gestándose inadvertidamente e influyendo en las instituciones sociales, el bienestar y las construcciones colectivas.
En la medida en que rodeemos nuestra institucionalidad, las normas de convivencia, seamos ciudadanos responsables y solidarios, nos fortaleceremos como grupo y plantaremos cara a la adversidad. Y esto se logra con una visión y un actuar de conjunto, tal como lo sostiene el Papa Francisco, en la encíclica Fratelli Tutti, en donde nos recuerda que un ser humano sólo se desarrolla plenamente en la entrega sincera a los demás, pero no sólo con nuestra familia o amigos, pues “grupos cerrados y las parejas autorreferenciales, que se constituyen en un ‘nosotros’ contra todo el mundo, suelen ser formas idealizadas de egoísmo y de mera autopreservación”.
Hoy más que nunca, se requiere de la sensibilidad social, del respeto por el otro y de la imposición de límites personales en pro de la comunidad, para generar una confianza colectiva, que permita sanear el ambiente y la percepción en los ciudadanos, para que tengan la certeza de estar viviendo en un entorno social que se esfuerza por su diario progreso.
Con la triada orden-confianza-fraternidad podremos enrutarnos como sociedad en un círculo virtuoso que nos potencie la capacidad de impactar positivamente los procesos sociales y muy particularmente los que nos ayuden a sanar las heridas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015