Lina María Gutiérrez


Una crónica sobre Bogotá escrita por Joan Didion aparece en el libro The Virago Book of Women Travellers en el que mujeres extraordinarias escriben sobre distintas ciudades textos llenos de descripciones que reflejan observación, detalle, delicadeza. Mary McCarthy transmite la vitalidad de Florencia, mientras que Leila Philip, cosecha arroz con mujeres japonesas que regañan. Joan Didion, escritora y periodista estadounidense (fallecida el 23 de diciembre pasado) escribe sobre personas, hoteles, paisajes, comidas, visitas, memorias tras su paso por Bogotá.
La crónica describe como añora desde Cartagena estar en Bogotá: “Nunca había tenido la intención de dejar la costa, pero después de una semana comencé a pensar exclusivamente en Bogotá, flotando en los Andes a una hora de distancia en avión (...) En mi habitación de Cartagena me despertaba con la blanqueada mañana costera y me encontraba repitiendo en voz baja ciertas palabras y frases, un encantamiento: Bogotá, Bacatá. El Dorado. Esmeraldas. Agua Caliente. Consomé de Madeira en frescos comedores. Santa Fé de Bogotá del Nuevo Reino de Granada de las Indias del Mar Océano. El vuelo de Avianca a Bogotá salía de Cartagena todas las mañanas a las diez y cuarenta, pero el movimiento de la costa era tan lento que tardé otros cuatro días en subirme”.
Cuenta que llegó a Bogotá un día de 1973: “Del tiempo que pasé en Bogotá recuerdo principalmente imágenes, imborrables pero difíciles de conectar. Recuerdo las paredes del segundo piso del Museo Nacional, blancas y frescas y llenas de retratos de los presidentes de Colombia, una gran cantidad de presidentes. Recuerdo las esmeraldas en los escaparates, colocadas casualmente en bandejas, todas ellas extrañamente pálidas en el centro, de alguna manera regadas, frías en el mismo corazón donde uno espera el fuego. Pregunté el precio de uno: “Veinte mil estadounidenses”, dijo la mujer. Estaba leyendo un librito llamado Horóscopo: Sagitario y no miró hacia arriba. Recuerdo caminar por la Plaza Bolívar, la gran plaza de la que emana todo el poder colombiano, a media tarde cuando hombres con trajes europeos oscuros estaban hablando en las escaleras del Capitolio y las montañas flotaban a su alrededor, su perspectiva fluida por el sol y la sombra. Recuerdo la forma en que las montañas empequeñecían una noria desierta en el Parque Nacional al final de la tarde”.
“En El Chico no parecía tan lejano a París o Nueva York, pero quedaron las montañas, y más allá de las montañas ese mundo denso que Gabriel García Márquez calificó como tan reciente que muchas cosas carecían de nombre”.
Así describió Joan Didion Bogotá. Y es que, muchas veces, han sido los extranjeros que con sus ojos nuevos han descrito o han explicado mejor a Bogotá. En el libro El Impúdico Brebaje se dice que en 1946 el novelista inglés, Christopher Isherwood, que había estado un par de años antes en Colombia, recordó en El Cóndor y las Vacas que: “Bogotá es una ciudad de conversaciones. Cuando uno camina por la calle está bordeando continuamente a las parejas y a pequeños grupos que se concentran en charlas animadas. Los hay que llegan a charlar en la mitad de la calle deteniendo el tráfico. Supongo que discuten sobretodo de política. Los cafés están también repletos y todo el mundo lleva un periódico en la mano para citarlo o sencillamente para blandirlo en el aire”.
Imágenes de Bogotá guardadas en los libros. Tesoros. Sobretodo este maravilloso texto (texto completo: https://hjck.com/libros/una-cronica-sobre-bogota-por-joan-didion) escrito por la gran cronista californiana, autora de ‘El año del pensamiento mágico’, que ha fallecido hace tan poco en su casa de Manhattan.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015