La semana anterior entrevistaron por radio a Humberto De la Calle. Las declaraciones mostraron una vez más su calidad humana y la concepción nítida de quien ha reflexionado  sobre el país y lo ha vivido intensamente desde muchos ángulos con probidad. 
 ¿Por qué no es presidente de Colombia? Las respuestas se suscitan por doquier  pero, las redes sociales se encargaron de masivos mensajes con falacias propagadas por odio, miedo,  venganza e intereses personales con explicaciones que van desde consideraciones imaginarias, ridículas e infames hasta otras  parcialmente ciertas y  algunas sustentadas. Sin embargo,  Colombia, ya no Caldas, se abstuvo de tener un inmejorable presidente. 
Paralelamente, ahora los sistemas masivos de comunicación, en donde millones de colombianos, miles con más de un aparato en sus manos, reciben mensajes con informaciones falaces sobre diferentes aspectos de la actual crisis sanitaria y en vez de meditar unos segundos sobre la veracidad de la comunicación, instantáneamente la redirigen  multiplicándola a sus contactos quienes se saturan. Así,  más de 30 millones son intoxicados con mentiras o verdades parciales.  Ello sin mencionar  la capacidad de comprensión de quienes reciben los mensajes, que es otra consideración que se debe hacer  entre colombianos. 
Sin embargo, el procedimiento no es nuevo y ha sido repetido a través de los milenios e inclusive líderes de naciones han propiciado que la mentira sea un arma de propaganda para defender sus intereses o los de otros, buscando según ellos el bien. Dicho de otra manera,  sin que los medios importen para lograr el fin. Antanas Mockus, fue contundente ante estas prácticas al enunciar que no todo era o es válido.
Según, José Remesal Rodríguez y Francisco Pina Polo, en su artículo científico: Noticias falsas, desinformación y opinión pública en la Roma republicana, que hace parte de un proyecto de investigación de varias universidades europeas denominado: Testimonios falsos, copias, falsificaciones, manipulaciones y abusos del antiguo documento epigráfico, anota varios ejemplos de hechos sucedidos en la antigüedad que fueron promovidos por embustes. Un buen tema de investigación en Colombia, para obtener datos ciertos y no simples conjeturas.
Marco Tulio Cicerón, ya mencionaba la trascendencia de   las murmuraciones en la vida pública de Roma. Y, el mismo las utilizó en sus demoledoras Catilinarias contra el senador Lucio Sergio Catilina.
Es muy fácil construir una patraña sólo se necesitan varios elementos: la intención,  el contenido y la emisión del embuste; el medio utilizado y quienes serán los receptores, sin distinción o selectivos dependiendo del objetivo. Hay personas proclives y expertas en el chisme, lamentablemente muchos medios se prestan a ello y vergonzosamente hay también hay seres humanos que son adeptas a este tipo de noticias destructores y se ufanan del mal ajeno sin detenerse a un escrutinio sincero de las fábulas que les llegan.
Lucía Abellán, en El País de Madrid acaba de utilizar un término destructivo por lo que significa: Infodemia,  como un evento de comunicación determinado por las falsas noticias relacionadas con la crisis sanitaria.
La invasión de las comunicaciones falsas puede sumar muchos cientos, provenientes de grupos o personas en su libre y perjudicial albedrío.  Una  sola reseña maligna puede causar inmenso daño en la psiquis de quienes habitan u país o una región y están sometidos a  la agresión por dos lanzas que no dan tregua: hambre y desempleo. 
El peligro se desborda, según Marta Peirano, cuando la falacia se repite tanto que las personas dan por cierto lo anunciado. De ello el país está lleno de ejemplos.
Nota: Manizales, Ciudad Universitaria, no es una ficción.