Jorge Raad


Con las preocupaciones del diario trajín y la proyección a distintos tiempos de su probable futuro, además de la demanda de esfuerzos físicos para lograr vivir, los seres humanos van consumiendo la mayoría del tiempo que les permite su propia existencia.
Cada persona, con o sin familia, amigos, conocidos cercanos o en la distancia -incluyendo los laborales-, le van proporcionando un nicho que es pequeño en relación con los demás, pero con la unión de todos se construye un escenario en donde todos son actores en diferentes papeles, con distinta intensidad.
Para la inmensa mayoría, en un momento dado, la antigüedad comienza en su lejana o cercana familia y retrocede según sus propias convicciones religiosas o filosóficas hasta el inicio de la Era Cristiana como referencia, y a partir de allí se remonta a las tesis de Buda o se aproxima en las creencias de Alá.
Salvo algunos científicos especializados en temas históricos, los demás seres humanos, circunscriben su mundo, si se puede expresar así, alrededor de unos pocos años comparados con la inmensa cuenta en la existencia del planeta -4.500 millones de años- y la aparición del ser humano -2,5 millones de años-, precedido por sus ancestros primates.
Para muchos, erróneamente, la existencia del Homo sapiens sapiens en América no retrocede mucho más allá de cientos de años, a partir de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, o de otros previos y posibles descubridores. Pero la realidad demostrada es la milenaria existencia del hombre en el continente americano proveniente desde el este de Asia, producida más por fragmentación de la tierra que por migración directa, o a través de otros continentes.
Teorías discutibles, por ahora, basadas en preliminares deducciones, indican que quizá el ser humano arribó a América hace 130.000 años. Se ha evidenciado por genética y hallazgo de artefactos que en Chile, Monte Verde II, hay presencia humana desde hace 14.000 años.
Una reciente publicación, Nature en julio 22, indica que se han encontrado evidencias, mediante la técnica del marcaje con carbono, de la presencia del ser humano, hace 25.000 a 32.000 años, en México.
Las investigaciones de sitios estudiados como Plauí y Santa Elina, Brasil, demuestran, no exento de controversia, que entre 20.000 y 30.000 años atrás, existían seres humanos en ese territorio. La teoría indica que la migración entró a América por el norte de la costa occidental, límite entre Estados Unidos y Canadá, a través de un corredor libre de hielo.
Todo esto demuestra lo efímero de la existencia terrenal de cada ser humano. ¿Qué son 60 a 80 años frente a la historia de la humanidad? No puede ser nada, porque la negación absoluta indica no vida y ello no es cierto frente a la permanencia terrenal de una persona, así sea de segundos o minutos.
¿Se podrá extrapolar el tiempo del inicio de la presencia de los seres humanos en Colombia, a diferencia de la certeza del tiempo de llegada de los españoles por el Caribe? ¿Quiénes llegaron por el sur hasta el norte, quiénes por el occidente hasta el norte, sur y centro y quiénes por el norte hasta el centro y sur? Las respuestas son diversas y no siempre acertadas.
Existe impacto en la modernidad de la dependencia de los ancestros en cuanto a los problemas que se afrontan en la actualidad, fundamentales en la concepción americana y colombiana, como aquellos que anduvieron por las selvas, llanuras y cumbres, como lo insinuó y demostró el inolvidable Alexánder von Humboldt.
Y saber que para muchos, terrible, todo comenzó ayer y finalizará mañana, y así actúan con una inmediatez pasmosa.
Nota: Por encima de todo, Manizales es Universitaria.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015