En estos días, cuando estamos conmemorando el primer centenario del Cable Aéreo Mariquita-Manizales, (1922-2022) la Administración Municipal se dispone a construir una tercera línea de cable, parte integral de un sistema de movilidad que se ha venido implementando desde el año 2009 con la inauguración de la Línea I que conecta, desde Fundadores, el Centro histórico e institucional con la Estación Cámbulos en la zona sur del área urbana, que actúa en sincronía con la Terminal de Pasajeros y la Línea II inaugurada en 2014 que comunica la Estación Cámbulos con el parque principal de Villamaría, constituyéndose esta en un hecho metropolitano de vital importancia.
El éxito de experiencias pretéritas, como la “increíble” historia del cable de carga más largo del mundo, Mariquita-Manizales, los de pasajeros Manizales-Aránzazu y Manizales-Villamaría y los 8 kilómetros que alcanzaron a construirse para el encuentro con los países del Pacifico, al igual que los cables construidos recientemente en Medellín y Manizales, garantizan, por el ya probado escrutinio de la historia, un resultado acorde con el objetivo de alcanzar una movilidad eficiente y respetuosa del medio ambiente.
El Triángulo del Café conformado por los territorios pertenecientes a los municipios de Armenia, Pereira y Manizales y sus correspondientes áreas metropolitanas, declaradas formalmente o en proceso de ratificación popular; vinculado históricamente por ser en gran medida producto de una misma colonización, la antioqueña de mediados del siglo XIX; el hecho de haber conformado el “Gran Caldas” antes de su fragmentación en la década del sesenta para dar paso a los departamentos de Risaralda, Quindío y Caldas y, fundamentalmente, por hacer parte de una región que el mundo se ha reservado para sí al declararla Patrimonio Cultural de la Humanidad, como reconocimiento a una sociedad que se hizo mientras modelaba el exuberante escenario que le ha servido de cobijo.
La Región Centro Sur de Caldas se ha venido consolidando mediante la construcción de proyectos que atienden problemas comunes como las necesidades de expansión, de movilidad y de educación. Expansión en áreas cercanas a Chinchiná, Palestina y al Kilómetro 41, de movilidad con la construcción de la línea II del cable Aéreo, Cámbulos-Villamaría y de educación e investigación con Cenicafé en Chinchiná, quizá uno de los laboratorios de investigación cafetera más importantes del mundo, el campo de práctica agrícola de la Universidad de Caldas en Palestina, numerosos colegios de bachillerato en Villamaría, los campus de 7 universidades en Manizales y, proyectos regionales como la recuperación de la cuenca del río Chinchiná,  el Plan Vial de Caldas y el Aeropuerto del Café en Palestina, este último de alcance internacional, entre muchos otros que se verán estimulados con la ratificación de esta región como la primera área metropolitana del departamento.
La visión de largo plazo de la ciudad, trabajada en el proceso de planeación estratégica “Estoy con Manizales”, adoptada en su esencia por sucesivas administraciones municipales, parte de la apuesta por un desarrollo fundamentado en el conocimiento, una iniciativa que se viene trabajando de tiempo atrás cuando se esbozó la política de hacer de “Manizales Eje del conocimiento”.
Hacer de la ciudad un territorio del saber entendido como la columna vertebral del desarrollo, es una propuesta contenida en la visión de largo plazo, 2032, el Plan de Ordenamiento Territorial 2017-2029 y en el actual Plan de Desarrollo Municipal, que tiene como uno de sus proyectos estrella, “Manizales Campus Universitario”, trabajado con el concurso e iniciativa de la Fundación Luker.
La Línea III del cable aéreo es mucho más que  la conexión entre dos puntos de la geografía local, será pieza clave en la consolidación regional y metropolitana, sus estaciones en Fátima, campus de la Universidad Nacional y de Caldas y la número cuatro, en el sector del Cable en las inmediaciones de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional, los campus de la universidades Católica y Luis Amigó, las facultades de Derecho, filosofía y antropología de la Universidad de Caldas, la hacen protagonista de primer orden en hacer de, “... Manizales un territorio amable... Resultado de un desarrollo sostenible con énfasis en la educación sobresaliente, la cultura, la participación ciudadana, la integración estratégica con la región, la innovación, el emprendimiento, el aprovechamiento de su riqueza natural y el reconocimiento de su patrimonio.”
Preocupa entonces esa enfermiza necesidad de sabotearlo todo, de echar por la borda, aun sacrificando el bienestar que proyectos que como este puedan prodigarle a la ciudadanía, solo y, en algunos casos, por ponerle zancadilla a las iniciativas de un alcalde, este u otro, con el que se tiene una rivalidad política.