John Harold Giraldo Herrera
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Lumièradas
John.giraldo.herrera@gmail.com
Tres hombres veteranos de la vida son amigos. Cada uno en perdida por lo que no fue, se encuentra viviendo, a su modo, el otoño del existir. Los tres en solitario, son lo que decidieron y asumieron. Allí una historia cinematográfica nos ofrece un sencillo cuadro de lo que implica estar en soledad. Sin muchos aires dramáticos, en cambio, con la simplicidad del pasar, esta nueva película colombiana, renueva sus personajes y ancla su mirada en un hecho universal.
Cada uno de los tres, tiene una ocupación, parecen tan hechos a su imagen, que no mueven un peldaño de su espacio para intentar otras movidas o variables. No se encuentran insatisfechos, ni reniegan, ni aparecen en medio del acabose. Nada, están eso sí, solos, a su manera, sin más compañía que sus aficiones: uno el ajedrez, el otro los relojes, y el que sigue, el curar. Nos instalamos, en lo que el ojo de la cámara nos deja ver en su cotidianidad, en su momento de respirar, y mientras lo demás se mueve (una Bogotá que puede ser de cualquier época), ellos decidieron quedarse a donde llegaron.
Cautiva, porque suponemos que sus dramas humanos pueden desencadenar en cualquier acontecimiento o van en alguna contravía, y es todo lo contrario. No sobresalta, nos deja respirar con tranquilidad, ese ideal, que muchos creen es el más óptimo. Van caminando con sus pasos de la vida. Mientras que el uno piensa en que no hay nada mejor que el ajedrez y traspira el mover fichas allí y allá (y alguna vez fue campeón); el otro es un apasionado de los relojes, los acicala, los arregla con la precisión del tiempo, cuenta con su tienda donde los conserva, exhibe, vende y compra; y el último aparece como un médico, pero más homeópata, con un aire español y un don de gentes de algo de superioridad. Recuerdo entonces, un clásico del cine mexicano de Iñarritu, Amores perros, en ella un personaje dice: “Porque también somos lo que hemos perdido”.
Quien nos postuló esto bello artificio, también nos motiva a una narrativa que engancha. No sabría muy bien saber cuál es la intención en la película La defensa del dragón, salvo, que su historia no es para quienes esperan sorpresas o quieren el accionar incesante. En cambio, sí, es para quienes saborean el tiempo, el paso de ese implacable, y lo que obtiene es un descanso, la pausa del acelerador. Las emociones se aclimatan, y por ese intersticio de la soledad, también contamos con nuestro reloj, una cama, un porro para poder dormir (como lo hace el supuesto médico).
La metáfora es invisible, se análoga con el cuadro del ajedrez y de lo que hacen los peones. Y casi de ese mismo modo, los tres amigos, que comparten su soledad, defienden, sin mayores estrategias su peldaño de la vida. Me motiva mucho ver películas sin muchas pretensiones, porque son las que más opciones ofrecen. Nos permiten deambular con la retina por los detalles, por lo que en cada escena se presenta, porque nos tocan la sensibilidad.
En el cine colombiano, hay pocas propuestas de historias así, y las que recaban sobre algo más espectacular, nos plantean extremos. En cambio, estas, nos sacuden la integridad, nos ubican en la ciencia y futilidad del pensar, van arrinconando para nosotros una melodía tan simple que vibramos. Por lo menos dos títulos de películas con la misma factura evoco: Los Nadie de Oscar Ruiz Navia, y que bello recordar esa película de dos gerontos Sofía y el terco (2012). Historias sencillas con aires de tranquilidad.
Al verlas uno vuelve a confiar en que no hay mayores desafíos. En esos instantes donde se intercambia y comparte, ahí, yace lo trivial y sustancial. Una defensa puede ser resguardarse, otra ir transcurriendo. Eso no importa, cada historia cuenta con sus propias verosimilitudes. La que nos cuenta la cineasta Natalia Santa, parte de la idea que temer perder es temer vivir. Temer verla es inhibirse de participar de un espejo de la existencia en soledad.
R-1
Ficha técnica
País: Colombia
Duración: 79 minutos
Año: 2017
Director y guion: Natalia Santa
Música: Gonzalo de Sagarminaga
Fotografía: Iván Herrera y Nicolás Ordóñez
Actores: Gonzalo de Sagarminaga, Hernan Méndez, Manuel Navarro
Productora: Galaxia 311
Género: Drama
Página web: http://ladefensadeldragon.webs.com/
DESTACADO
Allí una historia cinematográfica nos ofrece un sencillo cuadro de lo que implica estar en soledad.
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