John Harold Giraldo Herrera
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Lumièradas
John.giraldo.herrera@gmail.com
La agenda global pasa por temas apremiantes. Debería enlistar los asuntos de carácter prioritario y ofrecer las alternativas. Sin embargo, el llamado terror, consume la mayor parte de esfuerzos. Aunque, este, para decirlo en palabras optimistas, es un mundo mejor, si bien ocupan las noticias los hechos más dramáticos y nos mantenemos alertas frente a fenómenos tan graves como las guerras, los políticos corruptos y varias dictaduras. Lo cierto es que este mundo es más tranquilo y hemos logrado tener tasas de vida más altas que en décadas anteriores. Pero otra cosa ocurre con el vientre global donde vivimos. Ese lo hemos saqueado y destruido y ante tanta explotación se encuentra en jaque. El actor Leonardo Dicaprio, ha venido difundiendo un mensaje de alerta y su idea de: Antes que sea tarde, la han podido observar millones de personas en el mundo, luego que en el 2016 lanzara el documental.
Si usted quiere saque la sombrilla y un kit viajero, porque lo que verá lo dejará o lleno de carbón, untado de mierda de vaca, oliendo a gas carbono, con la presión alta y una serie de comodines para aumentar el pesimismo, aunque las cuotas de alternativas se dan, el hecho fatídico es que unas pocas personas, no todos, vienen lesionando, casi como un asesinato, el planeta tierra, el resultado es desfavorable y todavía muchos niegan que tal hecho sea relevante o tenga que discutirse.
Antes que sea tarde, desde luego se basa en una visión apocalíptica. Las estadísticas son nefastas y las trompetas suenan sin cesar. La aceleración de los daños no da tregua: las emisiones de gases metanos van en aumento y la agenda política sobre el grado de calentamiento exige no subir más de dos grados. Los huecos que taladran la tierra, las quemas desaforadas, el bituminoso color de la tierra por la explotación, las graves secuelas por acabar especies, el deshielo, en fin, el documental no deja de restregarnos los sinsabores hacia el planeta, y le pone el nombre a los responsables. Eso sí, todo parece mejorar con un clic, si somos optimistas. Cuando el hecho va más allá, y lo estructural, los modelos de vida que llevamos, el sistema dominante, son puntas que no se cuestionan.
El panorama es amplio en mostrar imágenes que muchos no han visto. Los sitios a los que se desplaza, desde lugares remotos y ya no existentes por la subida del agua del mar, de aquellos donde se invocan suplicios para obtener de nuevos sus cultivos arrasados por las lluvias, donde se clama agua porque ya casi no queda, donde se pide energía porque no ha llegado, hasta las empresas donde se gestan ideas esperanzadoras, o la voz de los investigadores, de los que tienen una propuesta, y es en ese sentido muy diverso.
Quiere decir que hay un grado de fervor para creer en lo que parece imposible. Y nos da hasta opciones a nosotros, si tenemos modos de contribuir, un dato nada más, las vacas ocupan un espacio de privilegio en el mundo, hay más de 70 mil millones de estos especímenes, no sólo son de lo más desastroso por la emisión de metano, sino que no hay una relación -en su modo de criarlas de modo masivo- armónico con el ambiente. ¿No deberíamos parar su consumo y regular la alta producción de ganado? Sólo imaginen lo que hay que lograr para alimentar a ese número de animales. Luego otro hecho es qué estamos comiendo y qué nos causan esos alimentos, la vida nuestra depende de lo que comamos y el consumismo no promueve estilos de vida saludable, intoxicamos a los niños con preservantes y una cantidad de comida no apta.
Si tuviéramos la decisión de poner un perfil del planeta para que otros tuvieran una identidad de nosotros ¿qué imagen elegir? Antes que sea tarde, podría ser eslogan, sin embargo, eso no nos va a salvar, ni está produciendo el efecto de alistar decisiones seguras sobre nosotros. Estamos en riesgo, alguien ya prendió la alarma.
La discusión sobre el fenómeno del acabose del ambiente es de película. Hay políticos como Trump, que piensan y aseguran que lo del calentamiento global es un invento. Otros más frenéticos consideran que ya está puesto el acelerador hacia el despeñadero de la casa donde hemos vivido y no hay freno, ni botones de apagado, ni como saltar. Leo, el niño de Hollywood, cree que hay esperanzas y provoca un mensaje: no sólo es nuestro hogar, sino el de millones de especies ¿valdrá la pena hacerle un juicio a los responsables? ¿qué medidas habrá que tomar? ¿Será tarde? ¿queda algo por hacer?
Ficha técnica
País: Estados Unidos
Año: 2016
Duración: 96 minutos
Director: Fisher Stevens
Guion: Mark Monroe
Música: Mogwai, Trent Reznor, Atticus Ross, Gustavo Santaolalla
Fotografía: Antonio Rossi
Algunas fuentes: Leonardo DiCaprio, Barack Obama, Bill Clinton, Ban Ki-moon
Productora: Appian Way / National Geographic
Género: Documental | Naturaleza
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