No obstante que las encuestas dan una mayoría al candidato de extrema izquierda, Gustavo Petro, quería pasar en silencio esta primera vuelta en la elección del Presidente de la República para el período 2022 – 2026 confiado en que habrá una segunda en la que la unión de votantes de centro y de derecha e izquierda moderada podrían lograr una mayoría suficiente para gobernar. Me uno a las voces que muestran preocupación “con lo que se nos viene pierna arriba” si llegare a ganar el candidato mencionado. No sé la procedencia de la frase entrecomillada, pero tengo un recuerdo que me da un claro ejemplo. En mi época de estudiante universitario nos reuníamos en los bajos de una casa de bahareque ocupada por estudiantes de Riosucio. Se preparaba algo de comer y algo de beber. Una noche cualquiera, quienes se ocupaban de la cocina persiguieron hasta la sala a un ratón, que en su fuga se le subió a un compañero por la manga del pantalón, que, Ociel, así se llamaba, entre el susto y el miedo logró aprisionar en el entre muslo. La que se le viene al pueblo colombiano solo se pude detener con el concurso del mismo pueblo que, en parte, ante tantas necesidades, se deja embaucar con promesas irrealizables que los colombianos necesitados asumen sin otra razón que la esperanza de un mundo mejor que el candidato ofrece como carnada.
No tengo espacio para referirme a sus muchos infundios; me basta ocuparme del perdón social ofrecido para los grupos armados en armas, narcos, traficantes y terroristas, que nos debe dar suficiente preocupación, visto el resultado del amago de paz de Juan Manuel Santos con las Farc que, recibiendo, perdón, curules y seguridad; de verdad, justicia y reparación, nada de nada. Los diálogos de paz pueden emprenderse si cejan en sus actividades, pero si tú, antes de iniciarlos les das el perdón estamos muertos y enterrados. Sin ocuparnos del ataque a la propiedad privada y su renuncia a la extracción de petróleo, detengámonos a mirar la amenaza de implantación en Colombia del tipo de gobierno de los países que lo apoyan, esto es Rusia, Cuba y Venezuela, si queremos ver el resultado de las propuestas de Petro, mirémosles a ellos. No escribo estos artículos con el propósito de formar clientela, no soy político y no aspiro a nada, tampoco tengo edad, lo que sería ya fue y, solo espero respirar paz y progreso en libertad y, esas metas, no las conseguiremos con el candidato de extrema izquierda.
Ricardo Campoamor en uno de sus poemas incluyó la frase, que muchos después llamaron Ley de Campoamor: “En este mundo traidor nada es verdad o es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Prosperan los que más ofrecen, sin decir el cómo. Gustavo Petro anuncia que pactará con los distintos grupos guerrilleros y, al tiempo, promete lo hará con paramilitares y narcotraficantes; ofrece acabar con el narcotráfico y, desde luego, nada de fumigación. Por los vecinos ya sabemos cómo se comportan frente a la oposición. Es allí donde debemos mirar, ese es el real futuro que tendremos si nos ponemos a oír cantos de sirenas.
Cada vez es más difícil discernir entre la apariencia y la esencia. Solo la constancia en el estudio y en el trabajo te permitirán avanzar, no la abandones siguiendo al mago de turno que te pinta pajaritos de oro.
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