Puesto que ya le había dedicado dos de mis artículos al Presidente recién elegido por el pueblo para gobernar en el cuatrienio 2022 – 2026, que él y sus seguidores aspiran sean muchos más, creía poder ocuparme de otros temas, pero la realidad se impone. Quienes gobiernan, con cada paso que dan nos muestran su afán por el cambio y, un carácter impositivo manifiesto. Sus mayorías no debieran dar para tanto, pero en Colombia es sabido que el poder presidencial siempre consigue ampliarlas en el Congreso y con ellas adelantar sus reformas. Así ha venido ocurriendo con el nuevo gobierno de izquierda que el tiempo dirá si extrema, no obstante, la magnitud de los cambios y la ideología en la que se sustentan ya cuentan con mayorías suficientes. Yo puedo entender algunos apoyos, pero explíquenme cómo, el partido Conservador, de Centro Derecha, termina siendo partido de Gobierno.
Es manifiesto que el Sr. Presidente se muestra calmado y accesible frente a los partidos o grupos que le apoyan, pero, sus actos nos muestran un dirigente de extrema izquierda que busca la integración con los gobiernos suramericanos de su misma ideología, tanto que, se abstuvo de asistir a la reunión de la OEA en la que se buscaba una sanción o llamado de atención a Nicaragua, precisamente el País con el que tenemos un litigio por las fronteras marítimas. Desde luego que es un muy mal síntoma que en nuestro Presidente prime su ideología.
Resulta también evidente el marcado signo de imposición que tienen sus planes de gobierno. Ya se vio con las fuerzas militares. El Presidente tiene el poder y lo ejerce, pero eso de mandar al retiro más de medio centenar de los altos mandos es exagerado y perjudicial. Los grados en estas fuerzas no se dan solo por el paso del tiempo, sino que, cada grado se obtiene por experiencia y práctica. Se entiende que el Presidente busque y lleve a las posiciones de mando gente de su confianza y seguridad, pero sin perjudicar las organizaciones, pues los nuevos mandos que llegan saltando instancias, como decíamos antes, se maduran biches. Mientras el nuevo gobierno se muestra pacifista y reinicia conversaciones con el ELN, cerradas tras el carro bomba activado por esas guerrillas en la escuela general Santander en enero de 2019; al parecer disidencias de las FARC el dos de septiembre de 2022 perpetran un ataque con explosivos en San Luis corregimiento de Neiva que “segó la vida a dos intendentes, dos patrulleros y cuatro auxiliares bachilleres de la policía”. Hechos que el presidente Petro calificó de “…saboteo a la paz total”. No señor Presidente, paz no tenemos, menos total que es solo un proyecto, estamos en guerra, que no se enfrenta desarmando a la policía; exíjales señales de que quieren la paz, pues, para lograrla se requiere el acercamiento mutuo.
Vista la actitud del gobierno frente a los que están alzados en armas, resulta por lo menos curioso, el lenguaje que emplean los Ministros frente a los opositores o los otros órganos de poder. La del Ministro del interior Alfonso Prada y su polémica convocatoria a la “movilización popular” para apoyar la reforma tributaria cuando apenas comienza su estudio en el Congreso de la República, que es lo menos que se espera del órgano legislativo; que estudie el proyecto y no que se lo impongan. La elección de Gustavo Petro fue clara e innegable, pero fue por una escasa mayoría, de suerte que, la vocería popular no les corresponde solo a ellos. Ya veremos cómo reacciona el gobierno frente a una manifestación popular en contra de sus propósitos. Nos quedaba faltando la presentación como Ministra de Minas de Irene Vélez como apoyo a su oposición a la extracción de minerales e hidrocarburos: “Nosotros necesitamos exigirles también, en el marco de esta geopolítica global a los otros países, que comiencen a decrecer en sus modelos económicos”. No creo que esa iniciativa se cumpla, pero me gustaría ver la reacción ante la exigencia.
Y, ya que estamos frente a metidas de pata, no puedo dejar de lado la mayor de todas, al menos para los caldenses. Me refiero a la manifestación espontánea del Sr. Alcalde de Manizales al Presidente por la que señala que la construcción del Aeropuerto del Café no es prioritaria para la ciudad. El Presidente no desaprovechó la oportunidad y, de un tajo, nos disminuyó nuestras expectativas. Dijo: “Ustedes definen “Aerocafé” o ser cerebro de Colombia”. Cuándo la realidad es que el aeropuerto está en su fase terminal, tanto que, el anterior Presidente, quien entregó recursos para su terminación, ambicionaba presenciar su inauguración; de donde resulta desproporcionado abandonar la obra, cuya terminación está financiada o eliminar por ella cualquiera otra aspiración. No soy capaz de definir que me resulta más llamativo. Sí la metida de pata del Alcalde o el oportunismo del Presidente.
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