Sabiduría es llegar al autoconocimiento y al autocontrol, controlar tu mente y ser el dueño de tus emociones.
Es una labor exigente, pero lo que ganas no tiene precio y solo te pide disciplina, entrega, paciencia y ser más espiritual.
Bucea en tu interior, sana el pasado y sé tú mismo. Exorcisa demonios internos como odio, rencor, culpa y orgullo, y estarás en paz.
El ser feliz armoniza bien cuatro espacios: emocional, mental, espiritual y social, y así disfruta unas buenas relaciones con otros,.
Evade la trampa de vivir solo para lo material y saca tiempo para trascender, abre las puertas a lo espiritual y a Dios como fuente de todo lo mejor.
Una persona ubicada tiene metas coherentes, metas que no chocan unas con otras y logra un equilibrio entre su vida profesional y su vida afectiva.
Acepta que en la vida hay sombras y espinas, está satisfecho contigo mismo, con los demás y con tu entorno.
Tu reto es valorar las pequeñas cosas, amar en el ahora, estar en paz con el ayer y sentir a Dios en tu interior.
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