En la selva solo un 2% de la luz llega al suelo oscuro y fangoso; entonces las plantas trepadoras buscan la necesaria luz.
Trepan hacia el hermoso dosel seco, brillante y caliente. Un espacio verde lleno de vida, claridad y biodiversidad.
Del mismo modo que las plantas, tú debes buscar siempre esa luz y ese calor de amor que Dios te brinda.
Los primeros cristianos usaban la linda metáfora de ver a Jesús como un “sol que no conoce ocaso”.
Recuerda lo que él afirmó: “Yo soy la luz del mundo y aquel que me sigue no camina en las tinieblas”.
Búscalo en tu interior y en los demás, síguelo, ámalo, y entonces verás como todo fluye en tu vida del mejor modo.
Como todos afrontarás crisis o penalidades, pero el amor y la fe te sacarán adelante bien unido a Dios.
Dios es el dosel en el que hallas luz, calor y vida en abundancia. “Yo he venido a dar vida”, dijo Yeshúa.
@gonzalogallog