Gonzalo Gallo


En el oscuro tiempo de los nazis una de tantas familias judías era llevada en tren a un campo de exterminio.
En un vagón iban dos hermanos y el mayor había prestado al menor sus mejores zapatos.
El hecho fue que, en un cambio de tren, el menor perdió esos zapatos y el mayor se desató en fuertes improperios.
Durante todo el viaje lo ofendió, cegado por la ira, hasta que llegaron a un destino que nadie esperaba.
Allí los separaron y nunca más se volvieron a ver porque el menor murió en un horno crematorio.
El mayor sobrevivió y, cuando fue liberado por los aliados, buscó sin descanso a su hermano y a sus padres.
Con el alma desolada descubrió que habían muerto y confesó llorando a sus amigos: “Ese oscuro día hice esta promesa: nunca más ofenderé a los que amo porque esas palabras pueden ser las últimas que les diga”.
@gonzalogallog
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015