No te empecines en ver a quien amas como un dios o sufrirás lo indecible por esa idolatría irracional.
Ama con los pies en la tierra, quiérete mucho y no te rebajes para que otro crezca y brille.
Cuando te ciegan las cualidades del ser querido tienes baja autoestima y mucha inseguridad.
Por eso conviertes al otro en un mito, en alguien superespecial y creas dependencias peligrosas.
Andas en un mundo alucinante y, el día que esa persona cae del pedestal, todo pierde sentido y te laceras diciendo: “Estaba seguro(a) de que él (ella) nunca me iba a fallar, otras personas sí, pero él (ella) jamás”. 
¿Acaso esa persona es de otro planeta? Acepta que el amor no te engañó, tú te engañaste en el amor.
Tu reto es llegar al amor real. Abre los ojos y confía siempre pero con medida, sin idolatrías que lastiman. 
@gonzalogallog