Gonzalo Gallo


Érase un rabino que vivía en una aldea de la estepa rusa y durante veinte años cada mañana cruzaba la plaza de la aldea.
Entonces llegaba a la sinagoga para orar y todas y cada una de las mañanas lo observaba un policía que odiaba a los judíos
Al fin, una mañana, el policía se acercó al rabino y le preguntó adónde iba. “No lo sé”, respondió el rabino.
- ¿Qué significa eso de que no lo sabes? Durante los últimos veinte años, te he visto todas las mañanas acudir a esa sinagoga.
Está al otro lado de la plaza, ¿y ahora vienes con que no lo sabes? ¡Voy a darte una lección, para que aprendas.
Y, dicho esto, agarró al viejo rabino de la barba y lo condujo al calabozo. El rabino estaba calmado.
Mientras el policía abría la cerradura de la puerta del calabozo, el rabino, mirándolo maliciosamente, le dijo:
- ¿Ves ahora lo que quería decir cuando te dije que no lo sabía?
Nota: El juez que se enteró de todo esto lo liberó y castigó al policía.
@gonzalogallog
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