En algunas regiones del suroriente de Antioquia que limitan con Caldas es usual escuchar, entre personas adultas, la expresión exclamativa “calle boca” acompañada muchas veces de la respectiva persignación, para referirse a asuntos muy inmorales que pasan con y entre los parientes de la familia como abortos, incestos, castigos humillantes, homosexualismo, lesbianismo, actos sexuales abusivos, hijos extramatrimoniales y relaciones sexuales prematrimoniales de la mujer, por supuesto. Aunque la familia suele ser conocedora del acto inmoral, opta, en nombre del “honor”, por aplicar la regla de conducta consistente en un pacto de silencio que se lleva hasta la tumba.
La reciente noticia de la aparición de la mexicana Indira Cato, hija extramatrimonial del Nobel Gabriel García Márquez, resistió la regla del “calle boca” por más de 30 años. Los amoríos de Gabo con Susana Cato, “la otra” dejaron sus frutos y doña Mercedes “la Señora” hasta el momento de su muerte (2020), descansó en paz confiada en que su famoso esposo solo tuvo ojos para ella.
En el libro la “Historia de la Vida Privada en Colombia” (Taurus, 2011) podemos encontrar valiosos datos sobre el salto de la vida privada a la secreta o íntima de reconocidos “hombres públicos”, muy propia de sociedades burguesas en una clara muestra de la vocación machista de nuestra sociedad. Bolívar, la mayor mentira de la historia, según Adalberto Agudelo, no tuvo recato en tener intensos y apasionados amoríos con la quiteña Manuela Sáenz, quien se encontraba casada con el médico inglés, James Thorne. Calle boca. Santander, tuvo un romance con Paz Piedrahíta Sanz, a quien hizo “madre soltera” con el nacimiento de su “hijo natural” Francisco de Paula Jesús Bartolomé, mejor conocido como Pachito. En el testamento, dejó consignado que no se había casado con la madre de su hijo por que no era virgen. Calle boca.
Tomás Cipriano de Mosquera a los 19 años ya tenía dos “hijos naturales” con dos esclavas de su familia; luego en Cartagena tuvo un tercero con una costurera y después de los amoríos con sus primas Catalina Quijano y Marina Arboleda, llegaron sus otras hijas María, Clelia y Teodulia. A los 75 años logó casarse con su sobrina María Ignacia Arboleda de 31 años, con quien logró tener otro hijo, José Bolivar Carlo Dorico Mosquera y Arboleda cuando contaba con 80 años. Calle boca.
Rafael Núñez, casado por la Iglesia con Dolores Gallego, conoció posteriormente a Soledad Román quien se pegó una “voladita” a Paris, alegando falsos problemas médicos y donde a través de apoderado pudo casarse, aunque fuera por lo civil. En 1883 el presidente Núñez llevó a la segunda esposa al palacio presidencial, asumiendo el respectivo reproche público. Calle boca.
El clasudo y millonario bogotano Juanpis González descubrió a sus casi 30 años, que su padre no era un duque francés sino Fabio González, un reconocido e izquierdoso profesor de la Universidad Nacional y soporta inconsolable la condición de ser hijo natural de un “manteco”. Calle boca.
Los hijos “extramatrimoniales” llamados simplemente “hijos” podrán, en algunos casos, compartir el apellido de las honrosas familias, pero no su patrimonio y por eso las sociedades en comandita se han convertido en un excelente instrumento jurídico para la preservación de la riqueza familiar, que repele incluso los desafueros sexuales de sus miembros. En nombre de vitalicios e inmorales pactos secretos familiares, se han silenciado los derechos de cantidades de niños en Colombia, que crecen o nacen sin saber por qué no llevan el apellido de sus padres si es que alguna vez los conocieron o terminan sumidos en la miseria y el abandono de “adultos responsables”. Calle boca.