Flavio Restrepo Gómez


Las campañas políticas entraron en furor; ahora todos hablan de lo que sería su eventual gobierno, pero lo hacen con mucha sofistería y engaño. Con un panorama político ya bastante contaminado, aparece una deschavetada, Ingrid Betancourt, para en el ejercicio fugaz de la política, con el argumento de “honestidad, transparencia y decencia”, convertirse en una mujer con delirios, que ha destruido las coaliciones que la aceptaron, dejando a otros candidatos en un limbo, del cual con dificultad podrán salirse, sabiendo que ella, que pregona principios no negociables, probablemente adherirá al candidato mas cuestionado de todos, lleno de antecedentes poco honestos.
Agreguemos que ese candidato que en su figura es la representación del bicho, bribón, churumbel, golfillo y pícaro, ha tenido en sus antecedentes muchas actividades en las que gasto miles de millones de pesos del contribuyente para que le inflaran esa imagen desgastada que tiene, mas parecida con la de un consumidor de sustancias ilícitas, que con las de un político serio y decente.
Nos enfrentamos ahora a las semanas, que llevarán a la primera vuelta, para la elección de un Presidente que no sea la reedición del triste títere que tenemos ahora, sustentado en trampas, para mantener la vergonzosa y acostumbrada hegemonía de poder que durante este siglo ha tenido en sus manos, un imputado por tramposo y deshonesto, que se había convertido para la mayoría en alguien, que con su psicopatía y su sociopatía, ha hecho y desecho a su antojo lo que ha querido en Colombia, imponiéndonos los que nos han gobernado, a los que le maneja detrás de bambalinas, porque los que el nombra no han tenido, con la excepción de Santos, la fuerza y el valor, para hacer algo distinto a lo que el diga-
Álvaro Uribe Vélez, actúa con hipocresía y cinismo, de manera que con su gobierno y el de sus títeres, han convertido este país en una verdadera pocilga, llena de vivos, aprovechados, deshonestos, ladrones, picaros, asesinos, matones, narcos y pelafustanes que se enriquecen usufructuando un poder que no merecen, pero que no tienen controles en las entidades que para eso están creadas en este país, porque los que las dirigen son alfiles, lambones del que gobierna y de su jefe.
Ingrid Betancourt volvió de su buena vida en Francia, para repetir la obra de teatro burlesco, con la que espera ganar millones por la reposición que le harían por el número de votos que alcance a obtener. Ese es todo su interés. A ella no la mueve nada distinto, no tiene una motivación noble y desinteresada, porque entre otras cosas, después del secuestro que sufrió, horrible por supuesto, quedó con alteraciones evidente de comportamiento, que la hacen un ser despreciable, pasando de la lástima y la compasión, a producir rabia y vergüenza, de que eso se pueda hacer en este platanal, sin que nadie se inmute, ni le duela el espectáculo grotesco que nos da cada día, con su delirante aspiración.
El candidato santandereano, que no conoce donde queda, ni que es el Vichada, tiene a su haber una larga lista de denuncias y de acciones inescrupulosas con las que se ha enriquecido como constructor, empresario, avalador de créditos para las viviendas que construye, saboreándose como lo ha hecho, cuando los clientes que le compraron no pueden pagarle, sometiéndolos al infortunio de demandas con las que recupera el bien vendido y se queda con la plata que con esfuerzo y dificultad le entregaron de buena fe sus compradores. No es posible que a un hablador de “mierda” de ese talante, le sea posible llegar a ser el mandatario de los colombianos.
Estamos en la encrucijada de por quien votar entre los candidatos a la Presidencia y sus fórmulas vicepresidenciales, agrupados en 8 movimientos que aparecen en el tarjetón, con el voto en blanco como número 9. De esos, 2 tienen opción, 1 cree tenerla, aunque lo crea con mucho sueño. Entre los otros, no tienen votos suficientes, ni para ser elegidos como “calanchines”, persona salidas de la nada, porque no representan nada en política. Se camuflan para facilitarle las acciones de los otros, como simples timadores que engañan.
En fin, estas elecciones hay que definirlas en primera vuelta, para que las maquinarias que nos han gobernado siempre, pasen al rincón de los desechos, acabando de una vez por todas, con la vergüenza que representa el ejercicio de la política en Colombia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015