Fernando-Alonso Ramírez


En una democracia moderna como la que quiere parecer Colombia, el acceso a la información es un derecho que simplemente pueden reclamar los ciudadanos. Es una obligación de los servidores públicos ofrecer información de sus actuaciones aun sin que se la reclamen. Así lo establece la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP).
No obstante, una perniciosa actitud hace carrera en varios funcionarios locales, algunos alcaldes y en gerentes de EPS: la de guardar silencio, como si la información que les solicitan los periodistas fuera un asunto privado. Nada de eso, cada uno de estos funcionarios se encuentra al frente de entidades que manejan información pública y sin la cual, los ciudadanos pueden ser desinformados.
Es creciente la actitud de los funcionarios de la Alcaldía de Manizales, alcalde incluido, a no responderles a los periodistas de LA PATRIA, que no los llaman para averiguarles por asuntos privados, sino para que den respuesta a los ciudadanos sobre inquietudes que plantean.
Ya es chiste en la Redacción la manera en que ciertos secretarios se hacen los ciegos, los sordos, para evadir a los periodistas de este diario que les preguntan, y toca esperar a que algún colega de otro medio lo entreviste, para colarse con grabadora e intentar preguntar lo que ese otro no se atreve por temor al látigo del desprecio.
Esto ha permitido desarrollar técnicas de aparición espontánea ante el funcionario cuando menos se lo espera, y eso habla bien del periodista, pero muy mal del servidor público que decidió aceptar ese trabajo. Igual sucede con algunos alcaldes de municipios, a quienes nos pasamos días buscándolos para que hablen de las cosas que suceden en sus localidades. La mayoría son realmente acuciosos en responder, pero unos cuantos nos obligan a montarles cacería y cuando por fin los conseguimos, nos tenemos que aguantar sus regaños, como seguramente harán de nuevo después de leer este texto.
¿Dónde está la Procuraduría como garante de que la información sea un bien público? Ah, debe estar pidiendo permiso en Bogotá para ver si puede decir algo, porque desde hace años que dejó de ser una entidad que brinde información oportuna en las regiones, sino que las castraron como fuentes, igual que la Fiscalía, la Contraloría General de la República y ni hablar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, un búnker para la información.
Cada 28 de diciembre, el especial La Trampa, que elaboran periodistas de LA PATRIA escoge a la fuente del año, que es obviamente la antifuente, la que no contesta, la que responde siempre con tres piedras en la mano, la que si responde siempre se va por las ramas. Este año, todo indica, va a ser una disputada elección. Apenas vamos en la mitad del año y ya sobran los candidatos.
Es una lástima, porque lo que estos periodistas quieren hacer es la mejor información y para hacerla necesitan el panorama completo, si falta alguna fuente se va a aumentar el riesgo de cometer un error. Así que sería bueno que recordaran que los medios son la mejor manera de comunicar sus actuaciones. Los invito a que se acuerden de esos días en que estaban en campañas políticas y sonrientes pedían a gritos dar declaraciones.
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