El deporte no solo es un perfecto aliado para mantenerse en forma, también puede aportarnos otros beneficios importantes. Como ya decían los romanos “mens sana in corporesano”. Es decir, practicar ejercicio contribuye a que nos encontremos mejor, tanto física y mentalmente.

A nivel mundial, las enfermedades asociadas a salud mental están en incremento, según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, se estima que las enfermedades mentales, como la depresión y la ansiedad, se encuentran dentro de las primeras diez problemas de salud pública.

La ansiedad y depresión pueden presentarse en cualquier persona, causando trastornos biológicos y psicológicos, alteraciones de actividades en la vida diaria y el desempeño de los roles, en estos casos, el ejercicio físico es relacionado como la principal intervención fisioterapéutica en el área de salud mental.

Hacer ejercicio regular, produce internamente la liberación de sustancias capaces de aliviar la tensión y generar una sensación de felicidad instantánea, esto se traduce a una mejoría en el estado de ánimo, motivación y mejoría de la calidad de vida de las personas.

Estas sustancias serían las hormonas del llamado el cuarteto de la felicidad: Serotonina, endorfina, oxitocina y dopamina.

La serotonina es la sustancia encargada de elevar nuestra autoestima y nuestra confianza. Practicar deporte promueve su liberación porque requiere la superación de retos. Las personas con depresión y ansiedad presentan niveles muy bajos de esta hormona.

A nivel cerebral, las endorfinas actúan como si fueran un analgésico, con la actividad física se propicia un estado de relajación. Su liberación es beneficiosa en relación a estados de estrés y de miedo.

El neurotransmisor del placer por excelencia es la Dop mina. Se libera cuando algo nos estimula o nos hace sentir bien. En el deporte, es el que nos impulsa a seguir practicando.

La oxitocina es la hormona encargada de llevar a un equilibrio, los lazos emocionales y afectivos. En práctica deportiva se disponen relaciones interpersonales que mejoran la liberación de esta hormona.

También es importante tener en cuenta que hacer ejercicio reduce los niveles de cortisol o también llamada la hormona del estrés.

Otros beneficios de practicar algun tipo actividad física son: nos ayuda a dormir mejor, reducir la fatiga, tener un sueño más reparador, puede reducir el consumo de medicamentos, promueve la estimulación sensorial y la destreza psicomotora, mejora la independencia y el sentido de la responsabilidad, mejora la inteligencia emocional y fomenta las habilidades sociales.

También fomenta las relaciones sociales, pues, al hacer parte de otros grupos de deportistas que generalmente son personas con hábitos de vida saludables, tenemos la sens ción de estar acompañados con el fin de estar desarrollando la misma actividad. Es importante escoger la disciplina deportiva que nos motive, de acuerdo a la edad, las capacidades y las necesidades cada persona y que quien lo practique pueda experimentar el éxito, pues esto también influye en el grado de felicidad y satisfacción que nos pueda generar.

El sedentarismo puede convertirse en un círculo vicioso, puesto que las personas que se abstengan a practicar alguna actividad física pueden llegar a satisfacer la falta de bienestar y placer a través del alto consumo de alimentos o hábitos poco saludables que contrarresten la baja estimulación de las sustancias del cuarteto de la felicidad para tratar de lograr ese mismo efecto.

La actividad física en personas que tienen largas jornadas laborales, mejora la disminución esas cargas de estrés.

Éxito y salud no tienen por qué estar disputados. En efecto, solo con el bienestar físico y mental podremos alcanzar el éxito.