¿Es la tecnología la herramienta que necesitaba una sociedad como la nuestra para propiciar la participación ciudadana?

Al observar los últimos acontecimientos en nuestro país, y en general en América Latina, es más que llamativo el descontento generalizado de la población por temas como la educación, la salud, el medio ambiente, el empleo y la paz. Dentro de esta amalgama de sucesos sociales, las nuevas tecnologías de la información han funcionado como plataforma social para esparcir ideas, pero también temores, la mayoría de ellos infundados.

Todas estas variables fundamentan a nuestras sociedades, que no son más que organismos vivos que están en permanente cambio y sometidas a nuevas condiciones.

Estas renovaciones hoy se dan cada vez más rápido gracias, en parte, a las tecnologías disponibles que potencian la interconexión. Esto conlleva al reto de saber comprender que la inmediatez con la que surgen y se entregan los mensajes no puede obedecer a una presión por actuar.

En ocasiones las redes sociales pueden asemejarse a un tsunami de información, pero también de sentimientos encontrados. ¿Acaso hay tantas personas que piensan igual a mí? En estos espacios hay personas que comparten mis preocupaciones y quieren, al igual que yo, proponer alternativas de respuesta.

Las nuevas tecnologías no solo permean todo en cuanto a las políticas públicas, sino a las maneras como nos relacionamos como sociedad y la dificultad, en ocasiones, para llegar a acuerdos y consensos que nos beneficien a todos, en los cuales todos debemos ceder un poco y comprender la posición del otro.

El profesor Klaus Schwab, del Foro Económico Mundial, prioriza dentro de la Cuarta Revolución Industrial el concepto de “gobernanza ágil” por las demandas regulatorias que esta nueva sociedad solicitará. Es en este momento de co-creación cuando la tecnología juega un papel protagónico como facilitadora y cuando nuevas voces con ideas valiosas son tenidas en cuenta.

Con las nuevas tecnologías se asoman nuevas posiciones que buscan un lugar dentro de la conversación general y la cohesión social. Por eso, es el momento de que todos, especialmente los jóvenes, participemos en nuevos pactos sociales y nacionales, que determinen nuestro rumbo, lo que queremos ser, y también, lo que no queremos ser.

Hoy, con las facilidades de acercamiento a las personas y de acceso a la información, se presenta un escenario ideal para la cohesión social. Es más, las tasas de penetración de los teléfonos inteligentes es la más alta en la historia y este puede ser el medio de integración más poderoso que hayamos tenido alguna vez los humanos. Quizás, en un futuro no muy lejano, estos dispositivos no solo serán un canal de comunicación, sino un medio para la generación de ingresos y de conocimientos.

Es hora de creer que un futuro es posible, si asumimos liderazgos, con las responsabilidades y deberes que esto acarrea.