Fanny Bernal Orozco


Fanny Bernal Orozco* fannybernalorozco@hotmail.com
A partir de las quejas y preguntas hechas por muchas personas durante el presente aislamiento, es claro sostener que un sinnúmero de ellas se encuentran desbordadas emocionalmente. En el diccionario Pequeño Larousse encontramos que la palabra desbordar, significa salirse de los bordes, sobrepasar, desmandarse, exaltarse.
-¿Y qué significa estar desbordado emocionalmente?
Una persona se desborda cuando sus emociones no las puede controlar y ese proceso de autoregulación emocional, no lo desarrolla o lo que emprende no es eficaz. Por lo tanto, si la expresión de emociones y sentimientos que afloran en situaciones de dificultad o de crisis no son las adecuadas y, por el contrario, dan origen a otros sucesos que pueden empeorar cualquier tipo de relación, habría que iniciar el aprendizaje de la contención.
-¿Qué puede ser más fácil?, ¿desbordarse o contenerse?
Quizás depende de los sucesos y del cómo sea la expresión de esas emociones. En su libro Las Emociones que curan, de Rika Zarai, la escritora afirma que le dice a sus consultantes que cuando en casa se despique un plato, un vaso o un pocillo, no lo boten. Que hay que guardarlos y que, cuando haya un asunto de conflicto o crisis en la familia y las relaciones, entonces coger estos trastos y arrojarlos a una pared con fuerza, para hacer una primera descarga emocional. Luego cuando haya que hablar de lo sucedido, muy seguramente, las condiciones emocionales estarán en un contexto diferente.
-¿Cuándo alguien se desborda con otros?
Cuando grita, insulta, humilla, realiza maltrato físico, inflige daño emocional a otras personas, riega rumores o chismes, en fin, hay muchas maneras de desbordarse con acciones, palabras, gestos que impiden una adecuada y sana relación con los demás.
-¿Cuándo alguien se desborda consigo mismo?
Puede haber varias formas. Algunas son, por ejemplo, no prestarse atención, ignorar, disfrazar, creer que todo está bien, vivir al límite, ponerse en constante riesgo, hacerse el sordo ante lo que dicen las emociones y los sentimientos, no pedir ayuda, no dejarse ayudar, paliar lo que siente de forma dañina y adictiva.
En el libro La Ecología Emocional - El Arte de Transformar positivamente las emociones, los autores Jaume Soler y M. Mercé Conangla afirman que se debe aprender a gestionar el riesgo, tomando como espejo a la naturaleza y el medioambiente, pues puede ser una manera en la cual haya energías renovables (alegría, ilusión, automotivación) y energías reciclables (ira, envidia, miedo). Estos interesantes planteamientos pueden provocar reflexiones que ayuden a la contención.
Así entonces, aprender a hacerse cargo de las emociones, implica llevar a cabo una observación constante, es decir, ser guardián de ellas, tanto si se desbordan, cómo si se contienen.
Es fomentar la autoconciencia y el conocimiento de sí mismos, como estrategia que permita desarrollar, promover y potenciar los recursos internos necesarios para avanzar en acciones de cuidado y autocuidado emocional.
* Psicóloga - Profesora titular de la Universidad de Manizales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015