Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com

Algunos autores hablan de la culpa como una emoción que pesa, incomoda y enferma y que, muchas veces, se convierte en un obstáculo para mantener relaciones estables consigo mismo y con otras personas. Consigo mismo, porque esta emoción en ocasiones se acompaña de miedo, dolor, desasosiego, remordimiento, estrés y ansiedad; y con los otros, porque el miedo a ser juzgado, es una barrera que no permite que fluyan las relaciones con los demás.

La culpa puede ser un indicador de que algo no se hizo bien y de que, además, pudo haber causado heridas a otras personas o así mismo, cuya señal provoca reflexión, compromiso y ojala cambios de comportamiento que no sean fruto del momento, sino exhortaciones en las cuales, el respeto y la solidaridad, se vivan en tiempo presente como gestos de reparación.

En algunas ocasiones cuando el duelo se acompaña de culpa, esta sensación conlleva a paralizar, detener o hacer más lento el fluir de la vida. Por el mundo van personas cuyo equipaje es demasiado pesado, pero no hacen ningún esfuerzo por hacerlo más liviano, entonces, por estas condiciones emocionales, surgen las frustraciones, el cansancio y el agobio emocional.

En la novela de Piedad Bonnett Qué hacer con estos pedazos, ella narra la culpa con estas palabras: “Cuántos años le tomó dejar de sentirse esclava de la culpa…Por haber permitido que Pablo muriera, sobre todo, por eso. Tal vez haberse acomodado, resignado, claudicado, haber hecho de la insatisfacción una segunda piel, otro modo de respirar, no había sido sino una forma de expiar su culpa. Y así se le fue yendo la vida, distrayendo sus penurias, sublimando sus pesares. Y construyéndose una coraza que la protegiera de la realidad pero también de la amargura”.

Cuando en una situación de duelo, la culpa se convierte en herida y se carga por los senderos por dónde se vive la vida, es importante preguntarse:

- ¿Vale la pena vivir así?

- ¿Se puede hacer algo para remediar la pena que causa la culpa?

- Si la culpa causa remordimiento, ¿es sensato mantenerse así?

- ¿Es este un asunto pendiente en su agenda emocional?

Aprender a vivir mejor es además de muchas tareas, ser conscientes del uso de las palabras y los gestos y cultivar la asertividad y la empatía, esto como antídotos para sanar el duelo y mantener relaciones emocionales saludables.

* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.