Fanny Bernal Orozco


Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Cierto día escuché a alguien que expresó las siguientes palabras hablando de su relación amorosa:
- “Es preferible perder la autoestima y la dignidad y no perder a la pareja, aunque esta humille, maltrate y sea tóxica. Yo me siento incapaz de vivir sin la persona que tengo ahora, llevamos cinco años y jamás se me ha pasado por la mente terminar la relación, por más frustraciones, heridas y quejas que yo tenga”.
Hay decisiones que comprometen la vida emocional, la salud mental y física, además del proyecto de vida. En aras del amor, en las relaciones de pareja se puede elegir vivir en el infierno, en el cielo o en el purgatorio. Cualquier elección demanda asumir responsabilidades que comprometen la dignidad y la autoestima e impiden o permiten la posibilidad de generar otros aprendizajes.
Afirma Nathaniel Branden que la autoestima: ‘Es la confianza en la eficacia de nuestra mente, en nuestra capacidad de pensar. Por extensión, es la confianza en nuestra capacidad de aprender, de tomar decisiones y hacer elecciones adecuadas y de afrontar el cambio. El valor de supervivencia de esta confianza es evidente; también lo es el peligro que se crea cuando falta esta confianza’.
El término dignidad significa: Funciones elevadas, respeto de sí mismo, ser merecedor de… Es el sentimiento mediante el cual el ser humano se valora así mismo (Pequeño Larousse).
Las relaciones respetuosas llevan intrínsecos límites y valores personales. Cuando estos se traspasan o se desconocen, se vulnera la autoestima, se quiebra la confianza y se alimentan diversas frustraciones. No es saludable andar por la vida con heridas emocionales abiertas cuando estas se pueden curar.
Y esta sanación comienza cuando las decisiones se toman con fuerza y voluntad de cambio. Esto es como hacerse un regalo, que al principio va a tener un costo alto. Si, cuesta desintoxicarse y deshabituarse al maltrato y las humillaciones. No obstante, poco a poco se da comienzo al período de recuperación.
Llama la atención que la palabra amor sea definida y explicada de manera tan disímil y contradictoria por tantas personas y que, a partir de su uso, se cometan tantos actos abusivos como el control, el dominio, la pérdida de la libertad, el acoso, la amenaza, el maltrato, la humillación, etc. Acciones que se enmascaran en cada ofensa con la palabra amor y que se acompañan con frases de perdón que carecen de sentido y de responsabilidad.
Conocen la frase: ‘Amor, perdóname, no lo vuelvo a hacer, tú eres mi vida, todo para mí…’
Al respecto, surgen algunos interrogantes:
- ¿A qué se debe el miedo a dejar ir o terminar una relación maltratadora?
- ¿Da miedo estar sin pareja?
- ¿A este tipo de relaciones se le denomina tener pareja?
- ¿Qué de bueno y sano tiene vivir frustrado, engañado o engañándose?
Qué tal si empezamos por ponerle atención a las definiciones y creencias que se tienen frente a estos asuntos; qué tal si tomamos la decisión de levantarnos con la convicción de reparar la autoestima, en un proceso de sanación emocional que comienza por quitarnos la venda que cubre los ojos y, de paso, buscamos ayuda para dejar de vivir en la cuerda floja y recuperar la esperanza.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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