Fanny Bernal Orozco

Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
La autoestima y el amor propio son condiciones esenciales del ser humano, de su particularidad, individualidad e intimidad. Son facultades fundamentales en las relaciones consigo mismo y con otras personas, en los estilos de comunicación y en las creencias, hábitos, metas, valores, límites, que cada persona teje en su proyecto de vida.
Un ser humano con adecuada capacidad para reflexionar acerca de sus actos y palabras, tendrá claro hasta dónde puede llegar en cualquier escenario donde se encuentre; mientras que, quién carezca de esa posibilidad, tendrá dificultades para entender que se ha equivocado y que -quizás- deberá asumir las consecuencias de sus actos. La acción de análisis se logra a través del autoconocimiento, la observación y la introspección.
Testimonio de un joven de 25 años: “Me siento despreciable y enojado todo el tiempo. Siempre pienso en lo mismo y no he sido capaz de avanzar en nada de lo que me he propuesto en mi vida”.
El amor propio está unido a los intereses personales, al desarrollo de destrezas y potencialidades. También al estar consciente de los recursos que se poseen, con los que se vino dotado y los que puede desplegar para su propio bien. Hacer uso de estos recursos, de manera respetuosa y creativa, es una de las condiciones para quererse a sí mismo y asumir que se tiene derecho a vivir con dignidad.
Una persona con pobre autoestima sufre, no solo porque las ideas y pensamientos que tiene de sí misma son dañinos, sino porque no se considera con los atributos necesarios para sentirse estimada por los suyos. Según Carl Rogers: “El sentirse devaluado o indeseable es, en la mayoría de los casos, la base de los problemas humanos”.
Y es que un ser humano con una baja autoestima y pobre amor propio, no solo vive en constante frustración. Tal situación le impide mirar a las otras personas con respeto, consideración y compasión. Una baja autoestima genera ansiedad, estrés, amargura, decepción y puede llegar a ser -sin lugar a dudas- la puerta de entrada para algunos síntomas que perturben la salud física y la emocional.
La voluntad y la claridad de conciencia son elementos trascendentales para mejorar la autoestima. Sin ellas no se logran vencer los temores, encarar la incertidumbre, dejar a un lado el ‘saboteador interno’ y definir los giros que se le quieren hacer a la vida.
Hay personas que se quedan cruzadas de brazos mientras la vida avanza, eligen la quietud y se deciden por la ‘zona de comodidad’. Este es un espacio en el cual no se reflexiona, no se aprende, no se comparte, ni se avanza. Tampoco hay enseñanzas, sino quejas; no hay reflexiones, sino pesares; no hay trascendencia, sino resignación: y el mundo de hoy requiere con urgencia seres compasivos, humanizados con su mundo interno y con el entorno social. A estas acciones se llega cuando se fortalece el amor propio y la autoestima.
Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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