Fanny Bernal Orozco


Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Una de las tareas más difíciles de nuestra existencia, es la de soltar, soltar el miedo, la rabia, la culpa, el dolor, la vergüenza, las relaciones donde reina la indignidad y el maltrato. Soltar el aburrimiento, la pereza, la desidia, la indiferencia, la baja autoestima, el mal genio, el pasado. En últimas soltar el sufrimiento.
Cuando se vive así con todos esos amarres, no se aprecia la vida y no se asume el presente. ¿Y cómo se puede sentir día a día una persona con semejante carga tan pesada?...va transitando por ahí, sin vivir el presente, sin disfrutar el mundo que le rodea y sin estar satisfecha con lo que hace y con lo que siente.
Por lo tanto en tales circunstancias, si no se toman decisiones drásticas y eficaces, el agobio se asoma al rostro y se queda sin ninguna contemplación. La siguiente historia ilustra lo afirmado:
Un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta: “¿Está medio lleno o medio vacío?”, sin embargo, preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 miligramos. El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante, todo depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y se paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve”.
Y continuó: “Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada” ¡Acuérdate de soltar el vaso! (Tomado de: https://psiqueviva.com/cuentos-reflexión)
Cuando se le invierte tanto tiempo a sucesos que enferman emocionalmente, se cae en una trampa profunda y dolorosa, lo que origina malestares que inmovilizan y anulan los deseos de cambio y la creatividad.
Quizás en medio de la adversidad, no se vea qué hacer, cómo cambiar, cómo afrontar. Es necesario por lo tanto, no quedarse quieto, preguntar, leer, buscar ayuda. Es sin lugar a dudas más dañino quedarse en la trampa, creer que no hay una salida o considerar que no se es merecedor de salirse y soltarse.
Sentir apego por el dolor es otro síntoma de la trampa y con él surge la resignación, como una barrera que oculta el horizonte e impide dar los primeros pasos para salir de ella. Por otra parte, hay cosas que no pueden dilatarse más, asuntos de la historia personal que no se pueden cambiar, por más que los seres humanos sueñen con un final diferente.
Así entonces, se puede vivir con amargura y guardar el dolor como un tesoro y hacerse daño o un día se puede tomar la decisión de aceptar, soltar y darle la cara al presente con sus nuevos significados y desafíos. ¡Usted decide!
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015