Esteban Jaramillo

@estejaramillo

Casi y podría...

Son las palabras preferidas en el mercado de futbolistas, al que ingresa el Once Caldas sin la mayor pretensión de reforzarse con categoría.

Como ocurre año tras año, la idea pasa por maquillar el equipo desde el mercado del usado, con futbolistas reprobados en otros clubes, lesionados, sin contrato o inactivos, como Pico, Balanta, Celis o Gómez, quien aún no pasa el filtro de la dirección técnica, para ser aprobado.

Lo que obliga a preservar la nómina existente, en la que proliferan jugadores sin categoría.

A pesar de ello, como es anárquico mi amor por el club, evito el punto muerto del pesimismo y activo la confianza.

Me ocurre siempre porque mi pasión no muere... ni morirá. Ya compré mis dos abonos, en Oriental, porque quiero vivir entre el pueblo la emoción del juego. Lo hago con gusto, sin inmovilizar mi espíritu crítico, a pesar de que no es frecuente mi presencia en los partidos por la lejanía.

Las cosas hoy no son como eran en el pasado, pero no decrece mi apetito futbolero. Recuerdo que, años atrás, los directivos vaciaban sus bolsillos buscando ídolos. Hoy se desprenden de los ídolos para llenar bolsillos.

Restauraban las nóminas, con análisis, sin entrar en el engaño de los futbolistas inflados, con esfuerzos económicos reconocidos, para pelear opciones de clasificación y títulos.

En el presente, la meta es alejarse del descenso. Han cambiado los tiempos. Pese a ello no le doy la espalda al estadio, donde soy feliz… siempre fui feliz sin importar los objetivos.

Por la Argentina, en correría, está el presidente, enmendando sus errores en la transferencia de Johan Carbonero. Dinero fuerte, procedente de Racing, que entrará al club, pero no al rubro de contrataciones. Se invertirá en la readquisición de la sede deportiva, que en momentos de aprietos económicos había comprado Jaime Pineda.

El dinero saltará de un bolsillo a otro, lo que impacienta a los aficionados, porque pasan los días sin conocer el nombre del necesario delantero, a pesar de que gana velocidad la reanudación de la campaña, con el comienzo del segundo torneo.