Elizabeth Ortiz Palacio


Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
El calor invita a las comidas frescas y a platos ligeros. Cuando aumenta la temperatura pocas cosas son tan refrescantes como las frutas. Sus variadas formas, tamaños y colores seducen desde el sitio de exposición (Tienda, galería, supermercado, etc).
Ante la variedad, resulta complicado resistirse a ellas. A menudo se regresa a casa con gran cantidad. Estas se pueden consumir a cualquier momento y ser las protagonistas de los distintos platos del día. Las vemos picadas en pinchos, ensaladas, zumos, licuados, helados y mezcladas con verduras.
Las frutas son un tesoro, ya que juegan un papel trascendental en el equilibrio de la dieta. Son alimentos que otorgan bienestar, gracias a las excelentes propiedades nutritivas (Vitaminas: A , B, C, E, ácido fólico y minerales) que tienen. Sus componentes aportan en:
- Fibra: Regula la función del intestino y corrige el estreñimiento. Participa en prevención como en el tratamiento de distintas enfermedades (Colesterol, diabetes, entre otras).
- Agua: Facilita la eliminación de toxinas y sirve para mantener hidratado el cuerpo.
- Antioxidantes: Protegen de patologías al sistema nervioso y cardiovascular.
No las corte si no van a ser consumidas de inmediato. El tiempo promedio de almacenamiento es de cuatro a siete días. Estas se encuentran en cualquier época del año, aún así es mejor adquirir las de cosecha.
Elíjalas bien coloreadas, sin golpes, magulladuras o partes blandas. Cuando no vayan a consumirse de inmediato, conviene comprarlas ligeramente inmaduras (verde), para dejarlas madurar en casa a temperatura ambiente. Las maduras, en tanto, deberán conservarse en lugares frescos o en la nevera.
Cuando se encuentran tan frescas regularmente no han sido sometidas a ningún tratamiento de conservación. Así mantienen todas sus propiedades organolépticas (gusto, olor o sabor), pero hay que tener cuidado, pues son alimentos muy perecederos.
Al consumir frutas crudas se corre el riesgo de ingerir microorganismos presentes en las manos de los recolectores y residuos de fertilizantes orgánicos, también partículas de los contenedores donde se almacena, de los vehículos donde se transporta o de los animales que pasan sobre los cultivos:
- Lavarse bien las manos antes de tocar la fruta es fundamental. Si ha manipulado alimentos crudos, asegúrese de que la superficie y los utensilios estén limpios antes de estar en contacto con la fruta. Emplee utensilios de materiales inoxidables.
- Sáquelas de cualquier empaque en el que vengan y con cuidado, a fin de no causar roturas que aceleren la descomposición. Elimine los ejemplares que estén deteriorados: frutas con inicio de putrefacción.
- Antes de comerlas crudas, estas se deben lavar con agua fría. Las que son muy pequeñas, se pueden enjuagar en un colador. Destine un cepillo para el lavado de las grandes antes de picarlas.
- Cubra cuidadosamente los recipientes que contengan fruta cortada. No pele a profundidad, pues debajo de la cáscara se concentra buena cantidad de vitaminas.
- Al preparar ensaladas, zumos, batidos, purés de frutas y más, añada un poco de jugo de limón.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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