Elizabeth Ortiz Palacio
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Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
El fraude alimentario ha existido desde que se elaboran y procesan alimentos. Ya en la época de los romanos se castigaba con severidad el aguado de los vinos.
Un alimento adulterado es aquel al que se le ha añadido o quitado, de manera premeditada, alguna sustancia con fines fraudulentos. Se ha modificado para que varíe peso o volumen o para encubrir algún defecto. Es un acto intencional para obtener beneficios e incumple las normas alimentarias.
'Le metieron gato por liebre' es un dicho que podría resumir una de las preocupaciones más recurrentes de consumidores y productores. Estos últimos, sobre todo, deben ser muy estrictos cuando verifican la pureza de las materias primas que utilizan.
Las adulteraciones no solo suponen un fraude económico, también un grave riesgo para la salud del consumidor. Vale la pena tener en cuenta que el alimento puede contener sustancias nocivas o generarlas, lo que igual coloca en peligro al consumidor sensible.
La lucha para impedir esta adulteración de alimentos preocupa cada vez más al Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). La entidad es la autoridad colombiana de inspección y control y por la que se adoptan las acciones de prevención y seguimiento a productores.
Los alimentos que con más frecuencia adulteran son:
* Aceite de oliva. Es un producto de gran demanda y no es económico. Suele sometérsele a mezclas con aceites como el de cacahuete o el de avellana.
* Leche. Cuando se adultera, los componentes más frecuentemente utilizados son la leche en polvo y el agua.
* Café. La situación más común tiene que ver con su procesado.
* Azafrán. El precio de esta especia es muy elevado. Su fraude está relacionado con la utilización de sustancias tóxicas como el cromado o el tetraóxido de plomo.
* Miel. Se le reemplaza con jarabe de azúcar, de maíz, fructuosa, glucosa o azúcar de remolacha. Puede contener antibióticos, productos químicos y edulcorantes añadidos.
* Zumos de frutas. Adicionan otros zumos de fruta no declarados en el envase y que tienen un contenido no autorizado.
En Colombia se buscan constantemente nuevas condiciones de control que aseguren calidad de los productos, esto con el fin de mejorar la trazabilidad (capacidad de seguir el alimento a lo largo de todas las etapas de producción y distribución). Dicha práctica permite no sólo saber de donde viene un producto, también conocer su destino y salubridad.
Solo falta la concientización del consumidor y que ayude a identificar las adulteraciones de los alimentos por el bien propio.
Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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