Elizabeth Ortiz Palacio
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Elizabeth Ortiz Palacios* saludablearas@yahoo.com.co
Tras un confinamiento que facilitó la ganancia de peso y la pérdida de hábitos saludables, el retorno al trabajo supone la toma de dietas rápidas o milagrosas que implican riesgos para quienes las adoptan. Así se puede desencadenar la tormenta perfecta.
Los datos de mercado y de movilidad ciudadana, así como las encuestas de salud realizadas por distintos investigadores, sugieren que la gente se vinculó con la comida de un modo diferente y no necesariamente mejor.
Si bien se cocinó más en casa y se comió en familia; también aumentó de manera notable la compra de productos con un bajo perfil nutricional. Vale resaltar que no todas las recetas hogareñas resultaron ligeras y saludables.
Se registró, en lo adquirido, harinas, mantequillas, margarinas, azúcar, etc, productos que consiguieron mayores crecimientos y que explican que se estaban cocinando platos de repostería. Igual aumentó la compra e ingesta de snacks y de alcohol.
El encierro propició el sedentarismo. Luego se dispararon las ventas en linea de bicicletas estáticas, cintas de caminar y correr, mancuernas y otros elementos que no sabemos si los utilizan. Creció el uso del teléfono móvil, el computador y las plataformas de contenidos audiovisuales.
Para muchos el recorrido más largo fue ir desde su hogar al supermercado o a reclamar medicamentos: mientras que el mayor movimiento consistió en limpiar la casa, pasear al perro o sacar la basura.
Las personas deben tener claro que ninguna dieta de choque es buena. A la luz de las últimas investigaciones científicas, sus resultados no son duraderos -menos- si no hay una educación nutricional. Hay pérdida de peso, pero los efectos se pierden al cabo de un año, tiempo en el que resulta difícil sostener las privaciones de la misma.
El objetivo de la pérdida de peso no puede ser a corto plazo. El éxito consiste en disminuir masa grasa, mantener lo perdido, ganar salud y no contraer patologías crónicas.
Por eso lo mejor es retomar la alimentación de la manera más saludable posible, con todos los constituyentes en las medidas adecuadas y mejorando los hábitos con un patrón de dieta individual, por lo que conviene consultar a un experto.
* Nutricionista dietista de la Universidad Nacional de Colombia - Educadora acreditada en diabetes.
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