No es solamente el oro y otras riquezas lo que el Nuevo mundo ha aportado a la humanidad y su historia; lo más importante es el desfilar de personalidades que dan brillo y construcción a vida de progreso; seguimos aportando; me remito hoy a personas con sello en esta fecha.
El 24 de agosto de 1617 murió en el Perú Isabel Flórez de Oliva; nació de padres españoles llegados al Perú por trabajo. Se le llamó Rosa por su belleza sobresaliente y hasta recibió peticiones de matrimonio, pero ella ya había decidido dedicar su vida a la experiencia profunda de la fe; le tocó un período de inmensa pobreza y trabajó como costurera para ayudar a su familia. Entró a la espiritualidad dominicana y murió a los 31 años aclamada por toda Lima; es de admirar el que sin muchos estudios dejó una buena cantidad de escritos de profunda espiritualidad. Es la primera santa canonizada de América Latina y por ello se le nombró Patrona de América latina, ejemplo de luz.
El 24 de agosto de 1899 nació en Buenos Aires el famoso Jorge Luis Borges, de pluma reconocida por su expresión correcta y profunda. Narrador y ensayista que embelesa por sus letras y sus comentarios vitales. Recibió el premio Cervantes y muerto en 1986 aún nadie explica por qué no se le adjudicó el Premio Nobel de Literatura. Al quedar ciego en la mitad de su vida no se refugió en el ostracismo, sino que se expresaba mejor que un fino vidente.
También un 24 de agosto en el año 2004 murió en Bogotá Eduardo Ramírez Villamizar, nacido en 1923, pintor, escultor, constructor, trajo a Colombia el arte abstracto de formas geométricas y cubistas. Vivió por temporadas en París y en Nueva York y amplió su visión hasta comenzar el diseño y realización de los edificios denominados “torres” que hoy son ya corrientes en la vista de nuestras ciudades. Hizo énfasis en la vida precolombina y en pasos de la historia. Más de cien obras sin contar las pequeñas ponen un sello creativo y cultural a su existencia.
Lo anterior es un asomo a la ventana de esta hermosa y potente raza latina que extiende su influencia en el mundo. Una vida de fe, una vida de letras y otra de construcción y arte son corta expresión, pero válida para que ojalá miremos no sólo las inmensas fallas de algunos momentos históricos sino el camino que se abre, el valor de la vida e historia de América Latina, bella tierra y tesoro para el mundo.