Algunos ganaron, otros perdieron: son situaciones ocurrentes de la vida; hoy me llama la atención ver derrotado a Simón Bolívar y anotar la salida a sus derrotas.
 Fueron varias; en 1812 y1815 fue derrotado en batallas libradas con los ejércitos españoles en suelo venezolano y el 16 de marzo de 1818 sufrió otra en las llanuras del Semen enfrentando a Morillo; pero haciendo honor al nombre “ semen “ (semilla), Bolívar se levantó con nuevas fuerzas, con ánimo reforzado.
 Reflexionó y formó nuevos ejércitos de combate, así como una nueva manera de dirigir los combates; pronto, en 1819 pudo celebrar triunfos como las batallas del Pantano de Vargas y Boyacá.
 Hoy tratamos de disimular, callar y evitar el tropiezo, el dolor, la derrota, el error; hablamos y gritamos solo los derechos, pero nada decimos de nuestros deberes; planeamos todo como placer olvidando el paso por la lucha, el esfuerzo, la derrota, la dificultad, la debilidad.
 Muchos jóvenes merced a esta enseñanza chata, cuando aparece la primera dificultad de vivir no ven más camino que el dopaje, el estupefaciente, la pepa, el delito o el suicidio; no los hemos sabido equipar de armas para combatir la adversidad, para superar la caída, la ausencia, la pérdida.
 Me parece por esto sabio el tiempo de Cuaresma como cuarentena de reflexión para ver nuestras caídas, deficiencias, errores, pecados, derrotas, estancamiento vital, pero al mismo tiempo como período de revisión y toma de decisiones hacia una superación sin rabias, sin complejos, sin angustias.
 Soy feliz en este camino de realidades: existen caídas, pero siempre hay senderos, caminos; Cuaresma los llama “éxodo”, es decir camino de liberación de males y adquisición de bienes, así como en su Éxodo el pueblo de Dios salió de la esclavitud en Egipto hasta llegar a la tierra que “mana leche y miel”.
 Limpieza no es esconder la basura debajo del tapete, sino botarla, suprimirla, reciclarla; en Cuaresma somos llamados a tirar lejos aquello que no nos deja avanzar en el bien y ser más felices.
 La derrota, la dificultad puede ser trampolín para elevar la existencia al horizonte mejor.