Se dice que un día, al ver tanta hambre y pobreza en el mundo, el gran sabio Ghandi exclamó: “si Dios viniera algún día al mundo, creo que lo haría en forma de pan ‘’; él no conocía que Jesús de Nazareth ya había precisado :” yo soy el pan (Juan 6,35) , que había repartido pan y pez y que había enseñado a orar diciendo: “Padre, danos el pan”; en forma drástica dijo que nunca se debe dar una serpiente a quien pide pan, que no se debe dar engaño o indiferencia ante el hambre de pan material o espiritual.
El camino del pueblo lo alentó con una especie de elemento que hecho torta lo llamarán maná” (qué es esto) y la fiesta suprema de sus hijos la enmarcó en la repartición del Pan de la Vida que se llama Eucaristía, acción de gracias por tanto cuidado, enseñanza y ejemplo.
Lo anterior nos llama a ser agradecidos con un personaje cuya memoria hacemos: hoy es el día del panadero, de aquel o aquella que desde temprano prende el fuego, estruja con sus manos cuidadosas la masa que armada en formas de arte después de las caricias de esperanza, pasando por el calor del fuego colorea como cutis hermoso y puesto la vitrina atrae y es tomada para llevarla a la mesa familiar, al paladar que saborea una buena porción, que calma el hambre desde el niño hasta el anciano.
Las manos del panadero (ra ) logra./hacer con el pan el milagro de seguir multiplicando el alimento elemental y sabroso que siempre es bien recibido, que trae deleite y calma hambres. El pan es símbolo de alimentación al alcance de todos; desde antiguo pueblos opulentos han puesto en pueblos con hambre raciones abundantes de trigo que gracias a las manos del panadero, él o ella, hacen aparecer el sabroso bocado que se acompaña de tantas maneras y hace saborear todas las bocas con el sencillo pero rico pedazo del alimento básico que desde siglos es bienvenido en todas las manos, las mesas , los pueblos.
Bendito pan y benditas las manos que con esforzado y gustoso arte ponen el pan de cada día en la tierra. Felicitaciones, admiración y gratitud .