El 23 de marzo del año 1954 un sacerdote francés fundó una institución llamada Emaús, con sede en París. Después de la guerra de 1945 creció la migración alemana en Francia y además la pobreza había llenado las calles de París y poblaciones vecinas de habitantes con hambre, sin hogar, sin techo.
 Este sacerdote llamado el Abate Pierre vio estas necesidades y decidió iniciar esta institución con ayuda de entidades, del Estado francés y de gran cantidad de personas deseosas de ser buenos samaritanos al estilo del Evangelio y aportar vida y manos para este trabajo.
 Pronto se organizaron sedes para albergues, organizaciones de recicladores, trabajo manual para venta de productos hechos a mano; miles de personas gozaron del calor de la esperanza y un futuro mejor.
 Fue así como la visión de un hombre, que unió a centenares de personas, dignificó a otros miles, hizo realidad el ver el progreso de una nación como comunidad en progreso.
 Nos hace falta ver, mirar, tener una visión realista, pero con proyecto de dar pasos de solución ante tantos problemas que en esta agitada contingencia mundial y local tenemos; una visión amorosa y progresista que sin odios ni quejas impulse senderos de avance y desarrollo.
 Bien vale recordar esto hoy, el día del optómetra, de aquella persona que sabe revisar nuestros ojos, detectar sus fallas, potenciar la visión, darnos una mirada más límpida y sana.
 Gratitud a estos profesionales, ellos y ellas aportan a nuestro avance personal la posibilidad de tener la vista adecuada, precisa y luminosa, hacen posible que podamos mirar mejor, leer sin cansancio, gozar del espectáculo maravillosa de la hermosa creación.
 Pero podemos ir un poco más allá y desear tener una visión como la del padre Pierre Francés: visión sin odios, sin lamentos, sin insultos a todos; hay personas que sólo ven lo malo o no ven nada bueno, que miran sólo los defectos o fallas y no alcanzan a visualizar caminos de solución, de acercamientos, de diálogo.
 El odio enceguece, nos hace miopes y torpes en el avanzar; urgimos de limpiar la mirada y ver desde una luz de amor para abarcar senderos y horizontes posibles de una vida mejor. Nos hace falta mejorar la mirada.