El Consejo Privado de Competitividad le ha propuesto al país un pacto que permita elevar la producción dentro de los términos que exige hoy la competencia global.
Para que la productividad represente un registro sostenido en el tiempo, que esté en capacidad de ofrecer claras muestras de elevación de la producción y crecimiento de los mercados, sin duda tiene que estar apalancada de un esfuerzo común permanente que implique una articulación de todas las fuerzas que intervienen en los diferentes ciclos.
Por ello es que nos sorprende que hasta ahora aparezca una propuesta de esta naturaleza, lo que quiere decir que ese ejercicio no se ha estado cumpliendo, y que los estamentos involucrados en los sistemas de producción anden dispersos, cada cual por su lado, y tal vez por ello las sorpresas con que a veces nos encontramos en las cifras del comportamiento económico.
Cuando el sector privado actúa con criterio individualista y lo propio hacen los gremios y el gobierno, no es posible articular propósitos, diseñar acciones adecuadas y perseguir objetivos claros con metas ambiciosas en el tiempo.
Acciones como el mejoramiento del capital humano, adquisición y dominio de nuevas tecnologías, diseño de logísticas apropiadas, mecanismos de financiación y abordamiento de mercados, no pueden ser el resultado de esfuerzos individuales, sino colectivos. A su vez, la adopción de ciertas políticas macroeconómicas no pueden estar apartadas de lo que son las realidades de los sistemas productivos, pues si no llegaren a tener el efecto indicado por ser equivocadas y carentes de una conexión adecuada, el impacto hará que la producción se resienta y por lo tanto se afecte negativamente la economía en general.
La cifra de que solo en 22,2% de las empresas en el país están innovando, resulta ser bastante frustrante y no es otra la razón por la cual el crecimiento industrial y las exportaciones no están reflejando índices de crecimiento apreciables, sino bastante pobres.
Si los elementos de la competitividad no son evidentes, eficientes y suficientes, la producción continuará rezagada y el crecimiento económico seguirá siendo lamentable.
Este pacto propuesto es urgente, y debe constituir un imperativo nacional.