La naturaleza de las cosas conserva su misterio. Cualquier explicación o comprensión sobre ellas no deja de tener su lado oculto. La totalidad es un acertijo por caminos en busca de lo no perdido. Cada problema que se aborda es motivo de especulación y de afinamiento en método y en proceso. Nada es posible descifrar con una sola regla o un solo compás, se necesitará de ambos y de otros elementos, ante todo del estudio, la experimentación y la reflexión. La educación es el motivo fundamental y el camino. Educación para adquirir disciplina en el aprendizaje con logro en conocimientos con sus interrelaciones y en los contextos, para afrontar la vida y las dificultades, y ser solidarios.
La “Misión de Sabios 2019” tuvo número significativo de expertos en variadas disciplinas que interactuaron e hicieron propuestas para conseguir que Colombia pueda asomarse a mejores destinos. Los medios de comunicación poco se han ocupado de lo que aquella significa. La Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFYN) ha tenido la preocupación de alcanzar una mayor difusión de las recomendaciones de la Misión, y en buen momento se conformaron grupos de trabajo que han producido maneras de concretar aquellos aportes para que las instancias debidas de gobierno las asuman. Sin una educación fortalecida, moderna, con capacidad de formar nuevas generaciones apegadas a la búsqueda del conocimiento y con capacidad continua de aprender, no habrá ciencia que valga. Esta sigue siendo motivo de institutos de investigación y de universidades, con aportes en muchos casos sustantivos, pero todavía de escasa significación en el número de científicos.
La educación debe incorporar métodos racionales y creativos de aprendizaje, en la forma de motivación por el conocimiento, por saber cada vez más y mejor, con apoyo en elementos de la historia de la ciencia y de la cultura. Personalidades emblemáticas por sus obras y alcances podrán servir de referente. Importante que los docentes puedan apoyarse en sus lecciones participativas en casos como los de la Grecia Clásica con Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., y más adelante con Galileo, Alexander von Humboldt, Francisco José de Caldas, Albert Einstein, Marie Curie, Bertrand Russell, Rita Levi-Montalcini, Edward O. Wilson, Richard Dawkins, Rodolfo Llinás, Beatriz González, Moisés Wasserman y muchos otros. En especial tener un paradigma como Leonardo da Vinci, motor incesante de creatividad y conexión en las diversas disciplinas del conocimiento y de la expresión, con los ejemplos emblemáticos de “La Gioconda” – o “La Mona Lisa”, “La última cena” y “El hombre de Vitruvio” (simbiosis de ciencia y arte). De nada sirve recitar manuales o guías de la ortodoxia institucional. La educación deberá ser abierta, de siempre exploración, con docentes y alumnos que indaguen, motivados para el libre examen, sin ataduras.
Bertrand Russell, científico y humanista, se ocupó de manera muy especial de pensar la educación y formular métodos para el aprendizaje en los diferentes niveles, con la idea de comienzo que el niño debe saber leer ya a los cinco años. En una de sus lecciones dijo: “No hay más que un camino para el progreso en la educación como en todas las cosas humanas, y es el de la ciencia guiada por el amor. Sin ciencia, el amor es impotente; sin amor, la ciencia es destructiva.” Idea del amor en la que convergen la motivación, el entusiasmo, la solidaridad. De esta manera el desarrollo humano tendría bases más firmes para avanzar en la vida con placidez forjada en los logros del esfuerzo, la entrega a la formación, con sentido de compartir. Y la ciencia, en puntal de método para indagar, descubrir, ir construyendo peldaños de conocimiento contextualizado sin nunca dejar de aprender.
Richard Dawkins, a su vez, manifestó que aunque puede permitirse que los sentimientos se hagan presentes al establecer objetivos, al decidir el mejor método ha de ser “pensar antes que sentir” y pensar científicamente. Fomento de la racionalidad, de la argumentación, hace mucha falta.
La ACCEFYN, como institución asesora del Estado, ha tenido el empeño de participar con distintos ministerios, en especial los de Educación, Ciencias y Medio Ambiente para impulsar las recomendaciones de la Misión y conseguir concretar elementos de incorporación en reformas pertinentes, para mejorar las condiciones de la educación, con apego a la ciencia, al arte, al humanismo, con énfasis en la preparación de docentes y la responsabilidad de formación integral de todos los niños de cero a cinco años, sin excepción alguna.