Camilo Vallejo


Escribir un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es inventarnos un futuro pero también es equilibrarlo. Equilibrar, porque es tan importante saber para dónde vamos como invitar a que todos quepan en ese intento de ir hacia algún lado.
En “La ciudad que viene”, Marcel Hénaff sostiene que la ciudad es una sincronía entre una ciudad-monumento que simboliza, una ciudad-máquina que produce en lo público y lo privado, y una ciudad-red que relaciona sistemas. Una forma de explicarlo que invita a toda la sociedad a encontrarse y no a dividirse en su territorio.
Así, en la construcción de un POT no debe ser tan importante el triunfo de una de esas ciudades. Más importante es la síntesis que salga de la discusión entre todas. No son tanto las pequeñas victorias políticas sino las grandes concesiones que estamos dispuestos a compartir con el otro. Es Concertar, dialogar, ponderar, como cuando escribimos una Constitución. Eso sí, que cada quien esté dispuesto a ceder.
En la Comisión Primera del Concejo de Manizales terminó el primer round del POT. Fue aprobado en primer debate pero ya se empiezan a generar reclamos por supuestos desequilibrios. El tema principal, aunque no el único, son las zonas de expansión.
Algunos pensamos que 8 zonas podían ser muchas, pensando en fomentar una ciudad sostenible, con densidades y servicios menos extendidos como lo recomiendan los estándares actuales de desarrollo urbano. Ahora bien, también dijimos que cualquier tipo de eliminación de estas áreas propuestas debía tener en cuenta ponderaciones tanto ambientales como de desarrollo. Ponerle algo de equilibrio, que cada rasgo de la ciudad cediera de la forma más ajustada.
Sin embargo, más allá de sus locaciones estratégicas, las 4 zonas que fueron aceptadas (El Rosario, Kilómetro 41, Morrogacho y La Palma) parecen presentar problemas de desarrollo. Por su distancia del centro poblado de la ciudad o por los problemas de acceso y de conectividad o por las cargas con las que hoy tendría que cumplir allí cualquier desarrollador.
De un lado, Camacol (ciudad-máquina) ha alertado que la construcción de vivienda de interés social puede frenarse. Presentan cifras de escasez y de encarecimiento del suelo. Del otro lado, los concejales ponentes (tomándose la voz de la ciudad-red) han presentado cifras diferentes con las que muestran que este tipo de vivienda está asegurada con estas 4 zonas y, sobre todo, con el suelo no usado y por densificar en el perímetro urbano.
Vale la pena que ambas partes se desglosen sus cifras, que comparen sus fuentes y sus metodologías de medición. No es un tema menor, para una ciudad el derecho a la vivienda es tan importante como el sistema ambiental. Esto sin contar con lo que podría significar económicamente para la ciudad (máquina) una desaceleración desmedida de la construcción.
Frente a las zonas de Corinto y La Alhambra, que se excluyeron por consideraciones ambientales y de riesgo, valdría la pena ponderar, al lado de las razones ambientales (ciudad-red), los reclamos que viene haciendo el sector de la ingeniería (ciudad-máquina). Piden que se les reconozca tanto la capacidad técnica como el interés en construir de manera segura y sostenible. Mucho más en áreas que no hacen parte del sistema ecológico ni de su zona con función amortiguadora. (Para el caso de Veracruz puede ser más complicada la ponderación, debido a la presencia de un acuífero de altísimo interés, pero no sobraría retomarlo).
Cuando se discutió la posible construcción en la reserva Van der Hammen en Bogotá, Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, aseguró que la urbanización y los intereses ecológicos eran compatibles, mucho más cuando las zonas ambientales no estaban consolidadas. Dijo que, con exigencias de planeación, las urbanizaciones podrían ayudar a terminar de construir las áreas con activos ambientales. Puede ser el caso de las zonas mencionadas.
Hay equilibrio siempre que haya propuestas serias, compromiso de las partes y claridad en la planeación. No está de más que evaluemos hasta el final si la distribución de la expansión guarda equilibrio en el POT.
* * *
Entre bambalinas: En el caso especial de la exclusión de la zona de La Aurora quedan preguntas más allá del debate ambiental. ¿Cuál es la postura administrativa frente a las licencias vigentes del proyecto Tierra Viva? ¿Se ha medido cuál puede ser el impacto para la ciudad en caso de no tomar alguna decisión pronto? No sobra que el Concejo y sobre todo el Alcalde ponderen el derecho que tenemos los ciudadanos de conocer los efectos de esta decisión.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015