Camila Villegas


La vida nos va mostrando caminos e historias que nos impactan y nos tocan el alma. Quiero resaltar la valentía de Laura, quien me inspiró a escribir e intentar ser la voz de tantas mujeres que han vivido situaciones difíciles y que por diferentes motivos no han expresado lo sucedido, historias acerca de alguien que las maltrató o incluso que abuso de ellas y toda esa carga la llevan solas.
Según la OMS: “Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual)”. Es un problema latente que necesita de toda nuestra atención ya que día a día miles de mujeres en el mundo lo están afrontando.
Desde antaño, nuestra cultura nos ha llevado a vivir en un contexto, donde se muestra al hombre con una connotación de poderoso y a la mujer de dócil, ese concepto es la fuente del machismo en nuestra sociedad, donde no sólo se ve en los hombres, sino también las mujeres caemos en él desde la misma cotidianidad, generando estereotipos y señalando a las demás. Este machismo a su vez ha normalizado los casos de violencia contra la mujer, en donde los agresores se justifican, poniendo excusas como la manera de vestir, las fotos en redes sociales, las forma en que se expresan las mujeres, entre otras. Expresiones que únicamente le dan vía libre a que se sigan produciendo situaciones de violencia y de abuso, al legitimar los distintos tipos de violencia.
Hay que hacerle eco a las voces que se expresan, que no se vuelvan paisaje y que no se solo se apoyen y se respalden desde movimientos feministas, sino que se entienda como lo que son: un denuncio de un delito. Como comunidad debemos identificar cada acto y rechazarlo para así generar cambios de comportamiento. Sabemos que hay voces que ya se están haciendo sentir, por medio de canciones, de historias y de hashtags por internet. La gran mayoría de nosotros hemos tenido un caso cercano de violencia o abuso, y aún así ¿Qué ha pasado? ¿Qué hemos hecho para que esto cambie? Es importante normalizar espacios donde se hable del tema. Poder expresarse frente a los abusos y el maltrato es importante, al igual que también lo es el ejercicio de la autocrítica. Un espacio para pensar si en algún momento hemos sido cómplices de por acción u omisión.
Todos podemos y debemos aportar para trasformar esta realidad, se trata de reflexionar sobre qué conductas podemos cambiar. También cabe preguntarnos, cómo desde nuestros actos cotidianos podemos aportar, dar ejemplo, denunciar estos actos negativos, para finalmente romper la cadena de estos comportamientos negativos y sistemáticos.
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