Desde agosto del año pasado el país ha tenido una reducción drástica en el nivel de lluvias. Si bien no hemos tenido fenómeno del Niño –que es cuando no hay lluvias-, el agua que ha caído ha sido muy inferior a la de los promedios que se han presentado en los últimos años. En abril y lo que va corrido de mayo, meses tradicionalmente lluviosos, fue muy poca la lluvia que cayó.
Los niveles de los embalses están en un 32%, cifra excesivamente baja para esta época del año. Lo preocupante es que se espera que el segundo semestre continuará con el régimen de lluvias que venimos teniendo desde agosto del año pasado. Todo esto se constituye en una gran amenaza para el suministro de energía en el país. Por lo pronto, al menos para este año, no se prevé un racionamiento de energía, pero muy seguramente si las cosas siguen como van y no se toman medidas de contingencia, en el 2021 muy probablemente sea necesario hacerlo, lo que sin lugar a dudas sería muy grave, porque nos cogería en un momento en que nos debemos estar recuperando de la crisis económica producida por el covid-19.
Para evitar que se presente esta situación, el gobierno está presionando a las empresas generadoras de energía para que racionen el agua y procuren aumentar el nivel de los embalses. Para esto y entre otras acciones, se tienen que prender las térmicas, propuesta que no ha sido bien recibida porque el costo del servicio de energía se incrementaría, lo que traería consigo un mayor valor en las tarifas.
El prolongado verano también ha pegado muy fuerte en nuestra ciudad. Los días que estamos teniendo han sido cálidos y secos. La cuarentena la hemos tenido que pasar con un clima agradable, que inclusive invita a salir a la calle, lo que lamentablemente en los actuales momentos no se puede hacer.
El bajo nivel de lluvia está impactando las fuentes de abastecimiento de agua de la ciudad. Para esta época del año tradicionalmente el agua que tendría disponible Aguas de Manizales para atender el consumo sería de 3.000 litros por segundo –en el caso más desfavorable-; sin embargo, hemos tenido días de volúmenes de agua de 1.100 litros por segundo. Eso en mayo, que tradicionalmente es lluvioso.
Manizales consume en promedio al día 840 litros por segundo. Consumo que en las horas pico se dispara. Igualmente, hay que tener en cuenta que en los últimos años se ha aumentado la prestación del servicio al sector rural, que es donde más duro está pegando el verano.
Este panorama de bajo nivel de lluvias se está presentando en un momento en el que aparentemente el consumo se está disparando por efectos del manejo del coronavirus, que exige lavarse las manos permanentemente, lavar la ropa y ducharse después que se llega a las casas. Comportamiento que por ninguna razón se puede suspender.
Por lo pronto Aguas de Manizales está sorteando el problema, no se ve en el corto plazo un racionamiento, lo que sí se va a tener que hacer es generar una conciencia en la ciudadanía en redistribuir el consumo del agua, de tal manera que no se concentre en determinadas horas del día; es decir, lograr tal como se hizo con el covid-19, que se aplane la curva.
El manejo de la apertura de la economía que se tiene programada a partir del 1 de junio no va a depender de los gobernantes. Los directamente responsables vamos a ser todos los ciudadanos. Si cumplimos al menos con la lavada de las manos, el aislamiento físico y el uso del tapabocas, podemos lograr que no nos vuelvan a encerrar.
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