Sin lugar a dudas el alcalde Carlos Mario Marín ha tenido en el ejercicio de su mandato un año muy difícil. Hay que tener en cuenta que llegó a ocupar este cargo sin tener mayor experiencia laboral. Solo se había desempeñado como concejal del municipio y manejado la oficina de la bici en la Fundación Lúker; sin embargo, logró alcanzar la Alcaldía de Manizales con la mayor votación obtenida en la ciudad.
A los tres meses de estar ejerciendo su mandato se vio obligado a atender la pandemia y tomar la decisión de encerrar a los manizaleños en sus casas, con lo que se le trastocaron todos los planes que tenía para el ejercicio de su mandato.
Al comienzo de su mandato nombró un excelente equipo de trabajo, que estaba conformado en su mayoría por personas que cuentan con un alto reconocimiento en nuestro medio y con buena experiencia laboral. Sin embargo, antes de terminar su primer año de gobierno tuvo que hacer cambios en su gabinete. Fueron trece funcionarios los que se retiraron de la administración, unos por decisión propia y otros porque el alcalde no se entendió con ellos y el pasado treinta de diciembre decidió continuar con su proceso de renovar su gabinete.
Para complementar las dificultades que tuvo para desempeñar su cargo el año pasado, el Concejo Municipal no le aprobó el presupuesto para el año 2021, por lo que se vio obligado a sancionar el presupuesto que había presentado a consideración del Concejo en el mes de octubre vía decreto municipal.
No es la primera vez que el Concejo de la ciudad no aprueba el proyecto de presupuesto presentado por un alcalde y tampoco es que la ciudad o el funcionamiento administrativo de esta se vaya a paralizar. En el último año de gobierno del alcalde Juan Manuel Llano el Concejo Municipal de esa época no le aprobó el presupuesto que presentó a su consideración. Cuando Germán Cardona llegó a su segunda administración demandó el presupuesto que se había aprobado antes de él llegar a la administración, debido a que en este se habían aprobado unas partidas cuya ejecución prácticamente dependían de los concejales del municipio, demanda que finalmente prosperó y tuvo que sancionar el presupuesto municipal por decreto.
Así como en enero del año pasado Carlos Mario Marín inició una nueva vida, desempeñando el cargo que era su proyecto de vida, le tocará empezar el 2021 con un gabinete municipal renovado, con unos secretarios aparentemente más cercanos a él, atendiendo e impulsando la reactivación económica de la ciudad, manejando la pandemia que entre otras todo apunta a que gran parte de este año estará muy activa y a que va a ser muy difícil de atender en este mes de enero por los contagios que se están presentando a raíz de las festividades navideñas, y además deberá presentar ante el Concejo Municipal las modificaciones y ajustes que requiera hacer a su presupuesto y solicitar autorizaciones para los empréstitos necesarios  para atender su programa de gobierno y especialmente su bandera, qué es la construcción de la tercera línea del cable aéreo de la ciudad.
En medio de este panorama financiero hay que felicitar a la administración municipal y en especial a la saliente secretaria de Hacienda del Municipio, Ana María Jaramillo, mujer que llevaba muchos años como trabajadora de la Alcaldía y había desempeñado en muchas ocasiones la Secretaría de Hacienda y que en su despedida logró que el municipio pudiera firmar con el Ministerio de Hacienda un convenio por casi $90 mil millones de pesos para atender las pensiones  de los exempleados de los hospitales de Caldas y San Isidro y de Assbasalud, noticia que sin lugar a dudas es altamente beneficiosa para las finanzas del municipio.
Mientras tanto, confiemos en que nuestro alcalde logre salir adelante de su reciente cirugía de la nariz -cuyo proceso postquirúrgico y de recuperación comentó ampliamente a través de las redes sociales- y que en el 2021 pueda respirar mucho mejor.