En los últimos años el avance de las comunicaciones telefónicas es impresionante. Atrás quedaron las épocas de mediados del siglo pasado en las que para poder comunicarse telefónicamente con otra ciudad del país, había que pedir la llamada a una operadora quien después de varias horas de espera lograba hacer la comunicación. Además la llamada era muy costosa, por lo que la comunicación no podía durar más que unos pocos minutos. Tema que para los muchachos de hoy en día parece esotérico.
El teléfono celular cambió todo el sistema de comunicaciones. Hoy en día a través de estos aparatos se pueden comunicar inmediatamente las personas, aun con video llamada, desde y hacia cualquier parte del mundo y totalmente gratis. Con estos aparatos también se pueden ver los correos electrónicos, mandar mensajes de texto, ver qué hacen y dónde están los amigos; es decir, prácticamente se puede hacer de todo.
Estos aparatos han sido los grandes impulsadores de lo que se conoce como las redes sociales. No deja de ser muy impresionante cómo a través de estas redes las personas están exponiendo hasta los más ínfimos detalles de su intimidad. Contando cómo viven, qué comen, sus enfermedades, sus viajes, sus cambios de parejas. Por medio de las redes se cuentan y se muestra todo; es decir, se perdió la privacidad.
La otra característica de las redes es que están siendo utilizadas para dar falsas noticias o infundir temores, como se dio en el pasado plebiscito de nuestro país, donde el jefe de campaña de un grupo político reconoció públicamente que su campaña había consistido en buscar que la gente saliera a votar verraca. Campaña que entre otras fue todo un éxito.
Con las redes sociales los periódicos escritos están seriamente amenazados. Cada día son más las personas que se enteran de las noticias por internet, en Facebook o en Twiter, sin importar si lo que se dice es verdad o mentira. Todo esto lo pueden hacer por medio de su celular.
A los celulares también se le pueden instalar aplicaciones, más conocidas como “app”. Con ellas se puede tener un acceso más rápido y sencillo de una información necesaria o de un servicio. Dentro de estas aplicaciones una de las más comentadas y cuestionadas en los últimos tiempos en nuestro país es la de Uber, que consiste en que mediante una plataforma tecnológica, que se maneja por medio del celular, se presta un servicio de transporte de pasajeros privados.
El debate sobre la prestación de ese servicio está encendido porque por un lado la plataforma tecnológica es legal, pero la prestación del servicio no. Hay que tener claro que en Colombia el servicio de transporte público de pasajeros en vehículos particulares está prohibido. Sin embargo, desde hace muchos años el país se acostumbró a usar esta modalidad, siendo muy utilizado por ejemplo para el transporte de estudiantes. Este es un servicio ilegal que el estado no ha podido controlar.
Como decía el servicio de Uber se solicita por medio de los celulares y son muchos los operativos que se han hecho en todas las ciudades del país. En algunas ciudades los conductores de taxis -que son los directamente afectados por la prestación de este servicio- han atacado físicamente a los conductores vinculados a Uber; sin embargo, este servicio se sigue prestando contra viento y marea.
El gobierno nacional está tramitando un proyecto de ley en el Congreso mediante el cual pretende que los automóviles particulares después de la tercera sanción por la prestación de este servicio ilegal, los carros pasarían a ser chatarrizados. Al gobierno solo le toca esperar que el Congreso tome la decisión y en caso de no aprobarse, tocará hacer un replanteamiento total en la regulación del sistema de transporte público de pasajeros en el país y establecer un nuevo código que permita la prestación -debidamente reglamentada- de este servicio en vehículos particulares.
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