El presidente Santos se empeñó desde hace más de cinco años en obtener la paz para los colombianos y con un proceso muy largo y tortuoso, logró firmar un acuerdo con la guerrilla más grande y poderosa que tenía el país. Hace pocos días este grupo entregó las armas, con lo que finalmente se consolidó el proceso logrando que se acabaran las Farc como grupo guerrillero. Atrás quedaron por parte de ese grupo las épocas de emboscadas al Ejército nacional, de policías muertos o afectados por las minas antipersonales, de ataques a la población civil y de un hospital militar totalmente colapsado por la atención a los heridos por efecto de los combates. El día de la entrega de las armas debió haber sido fiesta nacional.
Es claro que el proceso vivido con las Farc es el inicio de la paz que tanto está necesitando el país. Todavía falta una gran parte de la tarea, como es la de cumplir y poner en marcha los acuerdos pactados entre las Farc y el gobierno nacional, aceptar por parte de la comunidad la reinserción de los guerrilleros a la sociedad, que los guerrilleros se adapten a su nuevo mundo, entre otros temas.
Igualmente, queda faltando llegar a un acuerdo con el Eln y atender el manejo de las llamadas bacrim y a los recientemente llegados a enrarecer el ambiente y que se están haciendo llamar el Movimiento Revolucionario del Pueblo "MRP".
Otro punto importante para poder alcanzar la paz en el país, es que cese la polarización que estamos viviendo, a la que está contribuyendo enormemente el expresidente Uribe y sus seguidores a través de las redes sociales, que entre otras, las saben manejar muy bien.
Mientras el proceso de acuerdo con las Farc avanza y se logra firmar algo con el Eln, el gobierno del presidente Santos sigue adelante. A un año larguito para entregar su mandato, con un sol muy fuerte y picante a sus espaldas, y con una aceptación popular muy baja, el presidente se ve sin un peso, lo cual ayuda a impactar en su credibilidad.
Esta baja credibilidad se presenta fuertemente en nuestro departamento. A raíz de los estragos que dejó la pasada ola invernal, el presidente y sus ministros visitaron la ciudad y el departamento e hicieron una serie de promesas que hasta la fecha no han cumplido y todo apunta a que se van a cumplir parcialmente. En la pobreza en que está el gobierno nacional, los únicos recursos disponibles para atender este tipo de emergencias vienen del fondo de regalías, recursos que el gobierno nacional está ofreciendo a diestra y siniestra haciendo que los gobiernos locales los esperen ansiosamente. Justamente estos recursos fueron los que el presidente ofreció al alcalde de Manizales y al gobernador para atender las afectaciones producidas por el pasado invierno, lo que finalmente trajo consigo una controversia entre el gobernador encargado y el alcalde de la ciudad, que aún hoy en día con el regreso de Guido a la gobernación no se ha solucionado.
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Nota: La credibilidad del presidente en el país está en el piso y más en Manizales. Todo indica que el presidente no nos perdona que para su reelección presidencial los manizaleños hubieran votado mayoritariamente por Óscar Iván Zuluaga. Esto ha contribuido para que no hubiera honrado los compromisos adquiridos con respecto al Aeropuerto de Palestina. Ya he manifestado en otras oportunidades que este es un proyecto esencial para el desarrollo de nuestra ciudad y del centro sur del departamento, que es un viejo anhelo de la región y que con toda la plata que ésta ha puesto y con el compromiso de poner aún más -lo que no ha hecho ninguna otra ciudad en el país-, el presidente sigue incumpliendo sus ofrecimientos.
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