El primer acto de gobierno que realiza un alcalde en el ejercicio de su mandato es el relacionado con la atención de la feria de la ciudad. La pasada feria de Manizales fue programada por Octavio Cardona, pero debe ser pagada por el alcalde Carlos Mario Marín. Hace cuatro años el alcalde Cardona tomó la decisión de conservar en el cargo de la dirección del Instituto de Cultura y Turismo al doctor Juan José Silva, quien era el director de esa institución en la administración de Jorge Eduardo Rojas y fue el organizador de la feria en el 2015 y quien la ejecutó en el 2016. Juan José se ha convertido en el gran programador y ejecutor de nuestras ferias, pues ha realizado con total éxito seis de ellas.
Es muy difícil ejecutar una feria programada en otra administración. Puede llegar a suceder -como en esta oportunidad- que muchos eventos programados no sean del agrado del nuevo alcalde, por lo que en el empalme es necesario tomar los correctivos pertinentes y ajustar la programación a los intereses y gustos de la nueva administración.
Afortunadamente, en medio de las dificultades se logró que la pasada feria fuera totalmente exitosa. Es muy difícil cuantificar con exactitud el número de personas que nos visitan para este evento; sin embargo, todas las actividades programadas fueron muy concurridas y ampliamente disfrutadas por los asistentes. Como todos los años la ciudad se vio abarrotada de gente y hubo una programación variada y para todos los gustos. 
Hay unas actividades que son tradicionales en nuestra feria y que vale la pena comentar: Definitivamente la gran diferenciadora con festividades similares de otras regiones del país, son las corridas de toros. Cada día son menos las ciudades donde se están celebrando este tipo de espectáculos y a la plaza que más espectadores asisten es a la de Manizales. Fue muy impactante ver en la pasada temporada que en todas las corridas la plaza estuvo llena. Afortunadamente para la ciudad y para los aficionados a este espectáculo, los pronunciamientos de la Corte Constitucional permiten que en los lugares con tradición taurina, como Manizales, se puedan seguir celebrando las corridas de toros.
Cada día se posiciona más la feria artesanal como uno de los eventos de más calidad. La asistencia supera los 60.000 visitantes y un hecho para destacar en la pasada celebración es que más del 40% de los expositores fueron artesanos caldenses. Es importante que se lleve a cabo una revisión de la administración municipal de la precariedad en que se encuentra nuestro recinto ferial al que muy poco mantenimiento se le ha realizado después que se hizo la remodelación.
La cabalgata tiene mucha acogida tanto para los jinetes como para los espectadores; además, los recursos que se obtienen se destinan a una muy buena labor social. El gran lunar de este evento es el consumo de licor de los participantes. En esto es necesario que se realice un trabajo muy fuerte de pedagogía y control. 
La feria ha venido teniendo un cambio muy importante en cuanto a las actividades programadas, entre ellas los conciertos. Este tipo de espectáculos atrae mucho a la gente; sin embargo, hacer estos eventos en espacios públicos requiere un gran despliegue de control y vigilancia. En la pasada feria en algunos conciertos se presentaron desordenes que afortunadamente no generaron lesiones personales complicadas. 
El gran problema que tradicionalmente ha presentado la feria es el manejo y control de los vendedores ambulantes. Este año no fue la excepción. La presencia de vendedores en las calles fue excesiva, lo que genera incomodidades para el desplazamiento de los peatones -físicamente no hay por donde caminar-, y los olores y el ruido también generan muchas molestias. Esto merece una mejor planificación y control. 

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Sería muy importante tener en cuenta la propuesta del padre Luis Felipe Gómez de contratar un estudio del impacto económico que tiene la feria para la ciudad.