La Corte Constitucional tiene como función principal hacer que se respete la constitución y los derechos humanos o fundamentales de las personas.  Dicho en otras palabras es la que resuelve si las leyes aprobadas por el congreso cumplen con los preceptos estipulados en la constitución y es la instancia final de los fallos de tutela.
Con el reciente fallo sobre la ley de cadena perpetua a los violadores y asesinos de niños, niñas y adolescentes se le vino el mundo encima.  Fallo que inclusive tuvo un “descache” al establecer como uno de los fundamentos de la decisión, el que se le estaba violando la dignidad a los violadores.  Lo que sin lugar dudas no tiene ninguna presentación ante la ciudadanía.
Aún con la salida en falso de la corte, hay que dejar en claro que la solución del gravísimo problema que tenemos no está en que se establezca la cadena perpetua.  En los últimos tiempos en el país se han incrementado los delitos por violaciones, maltrato a las mujeres y especialmente a los menores de edad, que han incluido en algunos casos su muerte.  Así mismo, se han aumentado las penas y esto no ha servido para disuadir a los delincuentes.  Los delitos contra los menores se han incrementado enormemente, a pesar de que la pena para los delincuentes es de 60 años (lo que en la práctica es una cadena perpetua).   
Delitos como los cometidos por el arquitecto Rafael Uribe o Luis Alfredo Garavito de quien se dice, asesinó a 172 niños, quienes están purgando una pena de 57 y 40 años respectivamente, generan rechazo e indignación a la comunidad y dan pie para lo que se denomina como el populismo punitivo, donde se plantea la posibilidad de establecer penas como la cadena perpetua, pero no se hace nada en prevención y educación.  
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las violaciones de niños y niñas suceden en sus casas y son ejecutadas por sus padres, abuelos, familiares y amigos de la familia, por lo que en muchas oportunidades éstas no son denunciadas. Además de lo anterior, son muy pocas las denuncias que son investigadas y también son muy pocas las que finalmente llevan a alguna condena.    
En vez de enfocarnos en aumentar las penas, hay que trabajar muy fuerte educando en valores para que nadie se sienta tentado de cometer una violación y entienda lo que esto significa para la dignidad humana; por otro lado, se deben promover campañas para que los niños y niñas se sientan con la confianza y se les dé garantías de seguridad para que avisen cuando sean abusados o perseguidos por los mayores.  Es necesario motivar y ayudar a los familiares de estos menores para que denuncien los casos de violación y abuso y lo más importante, que la justicia atienda oportunamente la investigación y sancione rápida y debidamente a los delincuentes.
Ñapa 1: El innombrable, está totalmente desesperado por su bajo nivel de aceptación.  Excepto en la segunda reelección del presidente Santos ha nombrado los presidentes que Colombia ha tenido en el presente siglo, incluidos sus dos mandatos.  Para las elecciones del 2022 anda buscando alianzas por todos los lados para lograr que el candidato que él apoye llegue a la segunda vuelta, como hizo con Duque y para atraer al común de la gente, está haciendo ridículos como aparecer en las redes sociales con una influencer, condenada por la justicia por destruir bienes públicos, realizando monerías que muestran claramente su estilo populista.  

Ñapa 2: Andrés Pastrana fue por lana y salió trasquilado.  Mostró públicamente la supuesta prueba reina que consistía en una carta de los Rodríguez Orejuela en la que manifestaban que sí habían dado plata para la campaña presidencial de Samper. Lo que no esperaba el vitrinero expresidente, era que estos mismos personajes se le vinieran con toda la artillería diciendo que también habían dado plata para su campaña presidencial.   ¡¡¡Que mal estamos de expresidentes en nuestro país!!!