Son dos hechos fundamentales los que harán que este año pase a la historia de la humanidad. El primero el covid-19, y el segundo la caída del imperio americano. Nunca antes en la historia de la humanidad se hizo un seguimiento de la evolución de una pandemia en tiempo real respecto a cómo estaba afectando a la comunidad y al número de muertos que estaba produciendo.
La última pandemia, la gripe española, se dio entre los años 1918 y 1919, en plena Primera Guerra Mundial, y los registros de los afectados y muertos se confundieron entre los de la gripe y los de la guerra. En esas épocas las noticias tardaban en conocerse varios meses, y los conocimientos sobre la enfermedad y su manejo eran muy precarios.
Con respecto al covid-19 pasarán varios años para poder saber cuáles países acertaron en el manejo de la enfermedad, y esta será objeto de largos estudios, debates e inclusive de muchas películas.
La gran amenaza del imperio americano se está dando por los chinos, quienes han mostrado que tienen un gran poderío económico y le dieron al mundo ejemplo por su impecable manejo de la pandemia. La controlaron con pocos contagios y muertos -en proporción de su población- y se muestran como si ya todo hubiera pasado y que la vida volvió a su curso normal. Mientras tanto, en Estados Unidos el crecimiento de la enfermedad y de los muertos es exponencial. Lamentablemente, ese país da muestras de estar haciendo un manejo errático de la enfermedad y hasta se volvió un tema político. Los gringos deben elegir su próximo presidente en noviembre.
Trump está muy preocupado por su reelección. Son muchos los errores, desaciertos y mentiras las que ha dicho en el ejercicio de su cargo. Igualmente, vendió un discurso xenofóbico y racial. Nunca se llegó a imaginar que en los actuales momentos con el coronavirus en pleno furor, el asesinato de un ciudadano de raza negra por un policía, propiciara multitudinarias marchas de protesta por todo el país y que inclusive una, la de Washington, lo obligara a esconderse en el búnker de la Casa Blanca. Algo que solo se veía en cine.
Estados Unidos dejó de ser el ejemplo del mundo y el modelo a seguir. Ya no infunde respeto, y menos envidia. Trump, como presidente de la supuesta primera potencia mundial, se convirtió en el hazmerreír del mundo. De por sí, la crisis sanitaria producida por la pandemia y por sus efectos en la economía lo tenía muy mal parado. El puntillazo final son los actuales reclamos airados de la comunidad que se encargaron de mostrar claramente al mundo las grandes diferencias sociales en ese país.
Mientras esto sucede, la campaña para elegir al presidente continúa su proceso. Actualmente hay dos candidatos, Trump y Biden, con 73 y 77 años de edad respectivamente. El hecho que tengan más de setenta años no quiere decir que no puedan aspirar a la presidencia, pero en los actuales momentos en los que se están dando cambios trascendentales, y en el que todos nos estamos “reinventando”, no deja de ser impactante que en la “primera potencia mundial” no se cuente al menos con un candidato de menor edad.
Respecto al tema de la edad, en los últimos días en nuestro país se ha presentado un movido debate por la restricción a los mayores de setenta años de salir a la calle. Medida que se implementó para evitar que se contagien del coronavirus por ser personas de alto riesgo. Sin lugar a dudas, estos ciudadanos merecen un mejor trato y es mucho lo que pueden aportarle a la sociedad, inclusive pueden llegar hasta ser presidentes de un país, así como seguramente sucederá en USA.
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