El Aeropuerto Internacional El Dorado es la joya de la corona del sector aéreo de Colombia. Hasta antes de la pandemia, movilizaba 35 millones de pasajeros al año y le generaba ingresos al sector aeronáutico del país por una cifra cercana a los 1,1 billones de pesos. Por el número de pasajeros movilizados, era el segundo aeropuerto de la región, después del de Sao Paulo, Brasil.
Sin lugar a dudas, la reapertura de los vuelos aéreos de pasajeros es fundamental para la recuperación de la economía del país. La operación aérea servirá como rescate de las aerolíneas, de todas las empresas que tienen que ver con el sector y del turismo en general que, entre otras, venía en alza en los últimos años. La mayoría de los aeropuertos del país ya tienen autorizados los protocolos de bioseguridad, e inclusive hay una operación aérea que está en funcionamiento entre Bucaramanga y Cúcuta. Todo está listo pues para que la operación aérea vuelva a funcionar en el país.
Al inicio de la pandemia, Claudia López, alcaldesa de Bogotá, se quejó porque consideró que el gobierno nacional se demoró en cerrar el aeropuerto El Dorado. Muchas personas, incluida la alcaldesa, consideran que fue por los aeropuertos internacionales que operan en el país por donde se propagó el virus.
Para que el transporte aéreo vuelva a funcionar apropiadamente se requiere que El Dorado esté operando y su funcionamiento depende del gobierno nacional. Sin embargo, dadas las disposiciones que se han tomado para el manejo de la pandemia, para la reapertura de los aeropuertos, además del concepto favorable del gobierno nacional, se requiere de la autorización de los alcaldes.
Claudia López anunció que a partir de septiembre se tendrán vuelos comerciales desde El Dorado a Cartagena, San Andrés y Leticia, y el alcalde de Rionegro anunció que se autorizaron vuelos desde el aeropuerto de esa ciudad a San Andrés y a las ciudades del “Eje Cafetero”. Lo que indica que nuestro aeropuerto La Nubia volverá a operar.
Es claro que el número de pasajeros va a ser muy reducido, pero es el inicio de la reapertura de un sector muy golpeado por la pandemia y que de acuerdo a como vaya evolucionando la enfermedad y el impacto que sobre esta pueda tener la operación aérea, lentamente se irán abriendo otros aeropuertos y ampliando las rutas a servir. Lo que sí se debe tener en cuenta es que la operación internacional se demorará todavía unos días en reabrirse.
Con respecto al transporte de pasajeros en vehículos de servicio público por carretera, si bien el terminal de transporte en nuestra ciudad ya está funcionando, la verdad es que el número de viajeros es supremamente bajo. Los condicionantes que se tienen para que las personas se puedan desplazar de una ciudad a otra no son fáciles de cumplir y los viajeros tienen temor de contagiarse; sin embargo, es muy importante la reapertura de este sistema de transporte que también contribuye al proceso de la reactivación económica y, sobre todo, que este servicio se preste por empresas debidamente constituidas, que respeten las tarifas establecidas y en vehículos que cumplan con todos los requisitos legales para prestar el servicio.

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El morro Sancancio, que es nuestro cerro tutelar y que además es el faro del aeropuerto La Nubia, está totalmente abandonado. La carretera es imposible transitarla tanto para peatones como para vehículos. Los manizaleños no podemos subir a disfrutar del paisaje que éste ofrece. Además, en los últimos años, fruto de los malos manejos que se le han dado a sus laderas, se han presentado derrumbes que han afectado a los barrios localizados en la base del cerro. Sería muy importante que el municipio le pusiera la mano y lo convirtiera en un verdadero sitio turístico para que los manizaleños y visitantes podamos volver a disfrutarlo.