Históricamente Manizales se ha caracterizado por ser la ciudad de los cables.  El padre Efraín Castaño la semana pasada nos recordaba que hace un siglo entró en operación la línea que comunicaba a nuestra ciudad con Mariquita, cable que funcionó por 45 años transportando carga y personas. Igualmente, por esa época también se puso en funcionamiento la línea entre Manizales y Aránzazu.
Siendo alcalde de Manizales Luis Roberto Rivas en el 2007 impulsó la construcción de la línea uno del cable aéreo de Manizales, que va desde Fundadores hasta la terminal de transporte, localizado en el sector de los Cámbulos y posteriormente se construyó la línea dos, que va desde el terminal hasta Villamaría.
Los candidatos a la alcaldía en el año 2016, entre los que se incluían Octavio Cardona y Luis Roberto Rivas, propusieron en la campaña que durante su administración construirían la tercera línea del cable aéreo. Octavio Cardona ya como alcalde, realizó los estudios preliminares para su construcción, que contemplaba dos opciones, una que conectara los Cámbulos con el sector del Centro Comercial Cable Plaza y la segunda que se construyera la línea entre Fundadores y la comuna Ciudadela del Norte.
Igualmente, los candidatos a la Alcaldía en 2019 plantearon en sus programas de gobierno que construirían la tercera línea del Cable, siendo el más activo con este proyecto Carlos Mario Marín, quien planteó que éste sería el proyecto bandera de su administración.
Desde las épocas de Luis Roberto se ha planteado que el cable aéreo es un sistema de transporte propio para la topografía de la ciudad por su agilidad y por ser muy amigable con el medio ambiente.  Manizales así sea una ciudad rodeada de montañas verdes, tiene problemas por su contaminación ambiental.
Durante el tiempo de ejercicio de su mandato, el alcalde Marín ha estado trabajando para cristalizar su proyecto bandera.  El proceso no ha sido fácil. La pandemia golpeó las finanzas de la nación, por lo que le tocó tomar la decisión de construir con recursos propios una nueva línea.  El valor de la obra se estima en 151 mil millones de pesos. El alcalde tuvo que tramitar ante el Concejo las autorizaciones para disponer de las tres fuentes que requería: recursos del balance, que son aquellos que provienen de lo que no se ejecutó en el año 2021; préstamos bancarios y vigencias futuras.    
La administración municipal tomó los estudios que había hecho Octavio Cardona y se decidió por la línea Cámbulos-Cable Plaza, que tendrá una extensión de 2,4 km y contempla cuatro estaciones:  Cámbulos, Fátima, Universidad de Caldas y el CAI  del cable.  Así mismo el Concejo aprobó la compra de los predios que se requieren para construir las estaciones del cable, ocho en total, entre ellos donde va a quedar la estación de la Universidad de Caldas -concretamente donde funciona la sede de egresados-. Los predios de los Cámbulos y del CAI del Cable son del municipio.
Desde el pasado 11 de abril están a disposición de los proponentes los prepliegos para la construcción del proyecto y se espera que para el próximo 9 de mayo estén listos los pliegos. La administración confía en que se adjudique la construcción a mediados de julio y que se inicien los trabajos en agosto.
Se considera que lo normal es que la construcción de una obra de este tipo se realice en 16 meses, por lo que la administración espera que la línea tres del cable aéreo de Manizales entre en funcionamiento en diciembre de 2023.
Entrando en operación esta línea del cable aéreo, se irá consolidando cada vez más la opción de que los desplazamientos de los manizaleños en transporte público colectivo se realicen por este sistema; además, sólo quedarían faltando dos líneas, una que vaya desde el sector del Cable Plaza hasta la Ciudadela del Norte y la otra que vaya desde esta comuna hasta Fundadores, lográndose así que se cierre  el anillo de transporte aéreo.
Pueda ser que esta iniciativa del alcalde salga adelante en los tiempos previstos y así mejorar la calidad de los desplazamientos en transporte público de los manizaleños y se contribuya a mitigar la alta contaminación que tiene la ciudad, a reducir el caos vehicular que se vive actualmente y a reactivar la economía.